Bruselas/Londres, 15 nov (dpa) – En las 585 páginas del acuerdo del «Brexit», la salida de Reino Unido de la Unión Europea se han invertido miles de horas de trabajo, así como también muchas noches sin dormir y la necesidad de hacer piruetas políticas.
«Creo que el borrador para el acuerdo de salida es el mejor que se podía negociar», aseguró la primera ministra Theresa May al defender el texto que ahora le está generando muchos problemas en casa. Los negociadores de la Unión Europea son de su misma opinión. En realidad, este acuerdo, si realmente se llega a firmar y ratificar, afectará de un modo u otro a casi todo el mundo en Europa.
A continuación un repaso a sus consecuencias más relevantes:
… para ciudadanos y empresas
Lo vital es el periodo de transición acordado y que va desde la fecha de salida, el 29 de marzo de 2019, hasta como mínimo finales de 2020. Durante ese plazo nada cambiará hacia afuera. Reino Unido seguirá formando parte del mercado común y de la unión aduanera. Todas la normativa de la Unión Europea seguirá en vigor, no habrá controles de aduanas o limitaciones a la importación. Pero como tras su salida oficial Reino Unido será un país de fuera del bloque, no tendrá voz en Bruselas. No obstante, tendrá que aceptar las nuevas normas que se vayan aprobando sin Londres.
La fase de transición es un periodo de gracia para la economía, pero también se busca tiempo para esclarecer la relación a largo plazo que establecerán la Unión Europea y Reino Unido. El plazo tan sólo se podrá prolongar una única vez, según el acuerdo. En julio de 2020 será analizado por la Unión Europea y por Reino Unido y se tomará una decisión al respecto. Pero se desconoce por cuánto tiempo se podrá alargar ese periodo de gracia.
… para los ciudadanos de la UE en Reino Unido y los británicos en la UE
El acuerdo aseguró que los más de tres millones de ciudadanos de la UE en Reino Unido y el millón de británicos que residen en el continente podrán seguir haciéndolo como hasta ahora tras la fase de transición. Eso afecta sobre todo a su derecho de residencia, trabajo, la reunificación familiar o sus derechos a ayudas sociales o el reconocimiento de los estudios. El derecho a residir sigue como hasta ahora: quien pueda proveer para su sustento, podrá residir durante cinco años y después solicitar un derecho permanente de residencia.
…para las personas en Irlanda e Irlanda del Norte
Tras un largo tira y afloja, se garantiza en el acuerdo que seguirá abierta la frontera entre Irlanda, país de la Unión Europea, y la región británica de Irlanda del Norte, es decir que no se instalarán ni barreras ni controles. Las partes también se han comprometido a buscar una solución permanente a este dilema durante la fase de transición. En caso de que no se consiga, se activará la cláusula de garantía denominada «backstop». Entonces todo Reino Unido seguirá en la unión aduanera con los mismos estándares que la Unión Europea para evitar los controles de mercancías y personas en las fronteras. Para Irlanda del Norte se aplicarán además las condiciones del mercado común europeo, así como algunas obligaciones de controles sobre bienes de otras regiones de Reino Unido. A esta situación sólo se le podrá poner fin con el acuerdo de ambas partes.
… para el contribuyente europeo
Reino Unido, según el acuerdo, seguirá cumpliendo con sus obligaciones financieras mientras sea miembro de la Unión Europea. Eso significa que contribuirá al presupuesto plurianual conjunto de la Unión Europea que termina a finales de 2020. Esta es la razón además por la que se ha escogido como fecha para poner fin al periodo de transición. Pero también hay que contemplar la parte británica en cargas a largo plazo, como por ejemplo lo que corresponde a Londres en el pago de pensiones a funcionarios de la UE. Esa suma no figura en el acuerdo, sino sólo «un justo método de cálculo». Se estima que rondarán los 45.000 millones de euros lo que Londres tendrá que pagar a Bruselas. Si el tratado no se cierra, serán los contribuyentes de la Unión Europea los que tengan que hacer aportaciones.
… para los fabricantes
Los productos que necesiten licencia ser podrán vender tras la fase de transición sin una etiqueta especial, algo que se aplica sobre todo a juguetes, ropa y cosmética, pero también para medicamentos y productos médicos. Pero no se aplica esta norma a animales vivos y productos animales. Los derechos de las marcas registradas se mantienen en ambas partes.
… los productos con denominación de origen
Productos como el jamón de Parma, el cava catalán, el champán francés o la cerveza bávara seguirán estando protegidos por la ley de la Unión Europea tras el periodo de transición. La medida afecta a más de 3.000 productos que se comercializan como una especialidad regional y para ello hay que cumplir con una serie de condiciones especiales. También los productos con denominación de origen británica seguirán estando protegidos en la UE.
… para delincuentes y maleantes
Las personas sobre quienes pese una orden de detención británica tras la fase de transición y sean capturadas en la Unión Europea deben seguir preocupándose, pues según el tratado, ambas partes entregarán a los detenidos si se solicita.
El acuerdo procurará seguridad jurídica en todos los casos dudosos y sobre todo al final de la fase de transición, que será cuando realmente el «Brexit» entre en funcionamiento. Lo que sucederá después se esclarecerá en un amplio acuerdo comercial y de asociación. A los negociadores les quedan todavía muchas horas de negociaciones.
Por Verena Schmitt-Roschmann (dpa)