(dpa) – Si alguien se traga una pila de botón siempre se trata de una emergencia. Y es que ya dos horas después del suceso, según los médicos, existe peligro de muerte.
Las pilas de botón tienden a quedar atrapadas en el esófago. Allí se adhieren a la mucosa, lo que puede producir un flujo permanente de electricidad.
Esto hace que se generen iones de hidróxido, sustancias que también se encuentran en productos para la limpieza del horno y los desagües, por ejemplo. Como consecuencia puede producirse una abrasión grave en el esófago.
La miel sirve de barrera protectora
¿Qué hacer, entonces, si un niño se tragó una pila de botón? El pediatra alemán Till Dresbach aconseja llamar de inmediato una ambulancia o llevar al niño al servicio de emergencias de un hospital o ambulatorio.
Y, mientras tanto, tomar el frasco de miel de la cocina y darle una cucharada en la boca al afectado. Hay estudios que demuestran que la miel crea una barrera protectora entre el tejido del esófago y la pila. Las lesiones resultan menos graves si los afectados toman una cucharada de miel cada diez minutos hasta que lleguen al hospital y sean atendidos.