Colonia/Maguncia (Alemania), 4 feb (dpa) – Los tradicionales festejos de carnaval comenzaron hoy en Alemania en medio de fuertes operativos de seguridad.
Pese a los ataques sexuales y robos a mujeres perpetrados en Año Nuevo en la ciudad de Colonia y el temor a atentados terroristas, multitudes jubilosas se adueñaron puntualmente a las 11:11 de las calles en los bastiones carnavelescos de Colonia, Düsseldorf, Maguncia y en otras ciudades del oeste y del sur del país.
Sin embargo, en Colonia festejaron muchas menos personas que en otros años.
Según el comité organizador de los carnavales, la copiosa lluvia hizo desistir a muchos de los festejos que dieron comienzo con lo que se conoce como el «Carnaval de las Mujeres», el día en la que las mujeres cortan la corbata a los hombres y toman de forma simbólica los ayuntamientos.
Las celebraciones de Colonia atrajeron la atención de una nutrida delegación de periodistas sólo comparable, según la policía, con la cobertura de la cumbre del G8 que tuvo lugar en la ciudad en 1999.
Unos 2.500 policías, una cifra que triplica la habitual, patrullaban por Colonia, la ciudad que fue escenario de agresiones sexuales a más de 500 mujeres, al parecer por parte de jóvenes árabes y norafricanos.
Las autoridades instalaron un «puesto de seguridad» en la explanada de la majestuosa catedral al que podrán acudir mujeres que se sientan amenazadas o sean agredidas.
Mujeres policía escoltarán a las víctimas a un edificio cercano en el que serán atendidas por un equipo de psicólogos y asistentes sociales. Durante el carnaval se registraron en los pasados años en Colonia una media de 50 ataques sexuales por año.
«Hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance», aseguró la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, a la televisora pública WDR. El primer balance efectuado en horas de la tarde fue positivo: «Todo pacífico y distendido», dijo una portavoz municipal.
En Düsseldorf no se reportaron incidentes en las calles y también una menor afluencia de público.
En Baden-Württemberg, en el suroeste del país, los juerguistas y bufones cumplieron con la tradición de «liberar» a escuelas y jardines de infantes y «tomar por asalto» las alcaldías, que retienen hasta el final de las carnestolendas, el Miércoles de Ceniza.