Coburg/Wallenfels (Alemania), 12 jul (dpa) – En Alemania comenzó hoy el juicio contra una madre acusada de matar a cuatro de los ocho bebés encontrados sin vida en su casa y contra el padre, acusado de colaborar.
Los ocho bebés muertos fueron hallados en noviembre en su casa en la localidad de Wallenfels, un pueblo de menos de 3.000 habitantes, situado en la región bávara de Alta Franconia, a medio camino entre Berlín y Múnich.
La acusada, de 45 años, confesó los hechos al inicio del juicio en el tribunal de Coburg, en el norte del estado alemán de Baviera. A través de una declaración leída por su abogado, explicó que envolvió la cabeza de los ocho recién nacidos en toallas y los apretaba si mostraban signos de vida, para después esconderlos en un trastero.
La mujer, que dio a luz en la cocina o en el salón de la casa sin ayuda de ningún médico y sin la presencia de su marido, no sabe exactamente cuántos de los recién nacidos vivían después del alumbramiento. Si fueron dos, tres o cuatro, indicó el abogado.
La mujer reprimió tanto el embarazo cada vez, que el momento de dar a luz le sorprendió siempre, también porque su marido no quería tener más hijos, agregó. Su madre y su marido la presionaron para que se ligara las trompas, pero ella siempre lo rechazó.
La Fiscalía acusa a la madre de haber matado presuntamente a cuatro de estos ocho bebés sobre los que se pudo probar que nacieron con vida.
El progenitor, de 55 años, también es juzgado por el tribunal, acusado de haber ayudado a la mujer. Ambos querían continuar con sus vidas sin las limitaciones que implican tener nuevos hijos, indicó la Fiscalía.
«No quería más hijos», declaró el hombre al juez. Él tenía ya un hijo y una hija de un primer matrimonio, al igual que su mujer. Ya los primeros gemelos que tuvieron en 2001 no los quería realmente, indicó. Sin embargo, tras estas dos niñas la pareja tuvo otra niña más que hoy tiene 14 años. Tras este nacimiento la mujer comenzó, según su abogado, a matar a los recién nacidos.
En cuatro de los ocho cadáveres de bebés encontrados en la casa familiar las autoridades no pudieron certificar si nacieron con vida o hubieran podido sobrevivir.
La hija del hombre de su primer matrimonio fue la que encontró los primeros cadáveres de los bebés en la casa en la que vivía con su padre, su mujer y sus hijos en común. Su padre le había hablado de los nacimientos y los hijos muertos, lo que le llevó a registrar la casa en noviembre aprovechando que el hombre estaba fuera.
Los cuerpos de los ocho bebés estaban envueltos en bolsas de plástico y toallas y escondidos en un trastero de la vivienda, que antiugamente era una sauna. Poco después del descubrimiento, la madre fue detenida en una pensión cercana donde se encontraba con su nueva pareja y confesó los hechos ante el fiscal.