Hamburgo, 2 nov (dpa) – El juicio contra el humorista alemán Jan Böhmermann, demandando por el presidente turco Recep Tayipp Erdogan después de leer un poema satírico contra el dirigente en la televisión pública germana ZDF, comenzó hoy en Alemania.
La justicia deberá decidir si la composición lírica titulada «Crítica difamatoria» y leída por el famoso cómico el 31 de marzo de este año en el show satírico que presenta puede seguir difundiéndose públicamente (al menos algunos de sus fragmentos).
El presidente del país del Bósforo demandó a Böhmermann a título personal con el objetivo de prohibir la difusión íntegra del poema y evitar que pudiese seguir divulgándose.
El abogado de Böhmermann, Christian Schertz, se refirió a la decisión de la Fiscalía de Maguncia de cerrar las investigaciones contra el cómico a principios de octubre. La Fiscalía negó de facto así que existiera ofensa alguna, indicó el abogado.
Durante la polémica intervención televisiva que derivó en una crisis diplomática entre Alemania y Turquía, el cómico de 35 años ofendió de forma deliberada a Erdogan para explicarle al político la diferencia entre sátira y difamación.
El humorista aclaró varias veces en la emisión que el texto que leía -y que acusaba a Erdogan de consumir pornografía infantil y practicar sexo con animales, entre otros insultos y juegos con clichés sobre turcos- no estaba permitido en Alemania.
Asimismo, se explayó sobre los recursos que ofrece el Estado de derecho para defenderse de difamaciones, en alusión indirecta a la situación de la prensa en Turquía, donde son juzgados periodistas y los diarios opositores son sometidos al control del Estado.
El fallo del Tribunal de Hamburgo se dará previsiblemente a conocer el 10 de febrero.
La justicia alemana prohibió a mediados de mayo de forma provisional la difusión de algunos fragmentos del poema satírico al considerar que incluían contenidos injuriosos bajo pena de enfrentar una multa de hasta 250.000 euros (276.120 dólares) o una orden de detención de hasta seis meses.
En aquel entonces, la justicia alemana señaló que debía deliberar sobre los derechos de libertad de expresión y creación y el derecho al honor del demandante. En este sentido, el tribunal señaló que las críticas al comportamiento de un tercero alcanzan sus límites cuando se denosta a alguien o se ataca a su dignidad.
En el mes de octubre, la fiscalía de la ciudad de Maguncia, en el oeste del país, dio un varapalo judicial al presidente turco al comunicar su decisión de cerrar el expediente contra el humorista televisivo Jan Böhmermann por considerar que «no se pueden probar acciones punibles con la certeza necesaria».
Al poco de saltar el escándalo que causó tensiones diplomáticas entre Alemania y Turquía, la decisión de la canciller Angela Merkel de dar luz verde a una solicitud de Erdogan para encausar al cómico provocó un gran revuelo en el país.
Organismos de derechos humanos y diversos medios acusaron a la mandataria de estar cediendo ante Erdogan para no torpedear el acuerdo para la devolución de refugiados de la Unión Europea a Turquía.