Memmingen (Alemania), 29 dic (dpa) – Gunter Demnig, el creador de las llamadas «Stolpersteine», piedras-obstáculo que en Alemania recuerdan a las víctimas del nazismo, colocó hoy la piedra conmemorativa número 75.000 en la ciudad de Memmingen al oeste del estado federado de Baviera.
Las «Stolpersteine», que en alemán significa «piedras en el camino que pueden hacer tropezar», recuerdan a judíos, sinti y roma, activistas políticos, homosexuales o personas con discapacidades perseguidos o asesinados por el régimen nazi.
La conmemoración número 75.000, con otras dos «Stolpersteine», recordará a futuro el destino corrido por la familia judía Rosenbaum, informó la asociación Stolpersteine en Memmingen. Las dos piedras fueron colocadas frente a la antigua casa de Martha y Benno Rosenbaum.
Las «Stolpersteine» están provistas además de una pequeña placa que contiene los datos biográficos de las víctimas del nazismo. Se las coloca en las aceras delante de las antiguas viviendas de los perseguidos por el régimen nazi.
Demnig trabaja en el proyecto desde 1990. De acuerdo con los datos proporcionados por el artista, estas placas conmemorativas ya han sido colocadas en más de 1.250 comunidades en Alemania.
En Memmingen se instalaron «Stolpersteine» desde 2014 y actualmente pueden encontrarse más de 100 en toda la ciudad. Durante el pogromo del 10 de noviembre de 1938, los nazis devastaron la vivienda de la acomodada familia Rosenbaum, en ausencia del matrimonio.
La pareja huyó en 1941 a Montevideo, la capital de Uruguay, y el hombre se suicidó allí tres años más tarde. Según explicó la asociación de Memmingen, Benno Rosenbaum no pudo soportar la partida obligada de su ciudad natal.
Demnig, de 72 años y nacido en Berlín, nunca imaginó al colocar la primera piedra de tropiezo a principios de 1990 que esta acción iba a extenderse de tal manera, hasta Austria, Bélgica, Francia, Italia, Noruega, Polonia y los Países Bajos, entre otras naciones de Europa.
Su proyecto, sin embargo, también ha generado críticas. Algunas personas opinan que no es una forma conmemorativa adecuada, porque se pisa los nombres de las víctimas del nazismo.
Este es el motivo por el cual la ciudad de Múnich lo rechaza. En vez de «Stolpersteine», la capital bávara recuerda a las víctimas del Holocausto con estelas y pizarras.