(dpa) – Los precios de los coches clásicos suben y los modelos raros hace tiempo que están fuera del mercado, por lo que algunos fabricantes ahora simplemente los copian, respetando la historia y, en general, incluso mejores que los originales.
¿Es que acaso un Jaguar C-Type puede tener más de 70 años y apenas un kilómetro en el reloj?
Por dentro es estrecho, conducir requiere de todos los sentidos para mantener el auto en el buen camino. Pero al echar un vistazo rápido alrededor mientras se recupera el aliento, comienzan las cavilaciones.
Cuero fresco, pintura lisa y brillante y un kilometraje ridículamente bajo, nada hace pensar que se trata de un coche clásico de un millón de dólares que rueda por la pista de pruebas.
La irritación es comprensible. Después de todo, el C-Type luce como uno fabricado en 1953 y sin embargo es un coche nuevo.
El coche que vuela es el primer C-Type de la denominada Continuation Serie, con la que los británicos reviven famosos modelos automovilísticos.
«Con la tecnología más moderna, copiamos los coches según los planos antiguos y con materiales originales», explica David Foster, gerente de Jaguar Classic, que cuenta con 200 empleados en Coventry.
La división de clásicos de la automotriz británica ya cuenta con un método. Jaguar comenzó primero con la llamada versión Lightweight del E-Type de 1963. Luego siguió el XKSS, del año 1957, y luego el D-Type, con el que Jaguar se convirtió en el ganador de la serie en Le Mans de 1955 a 1957.
En un comienzo, los directivos de Jaguar intentaron encontrar una justificación histórica para cubrir los faltantes en el stock original de la automotriz: «Se planearon 18 ejemplares del E-Type, pero solo se fabricaron 12. Ahora hemos compensado el resto», dice Foster.
Pero en el caso del C-Type falta una justificación de ese tipo. Y los británicos ya no ven hoy el tema de una forma tan estricta.
«Si hay demanda de parte de los coleccionistas y eso implica un negocio para nosotros, entonces un proyecto de ese tipo tiene buenas posibilidades», dice Foster.
Y obviamente se pueden hacer negocios con este proyecto. La construcción de cada vehículo individual lleva hasta 10.000 horas de trabajo, y eso sin contar los dos o tres años en el archivo y en la construcción. Pero con precios de entre 1,2 y 1,75 millones de libras (1,3 y 1,94 millones de dólares) más impuestos, aparentemente todavía hay suficiente para programar.
Otras marcas de lujo también apuestan a los nuevos clásicos
Bentley replicó a finales de 2020 una docena de aquellos Blowers en los que el «Bentley Boy» Tim Birkin compitió, lamentablemente sin éxito, en Le Mans a finales de los años 20, según su portavoz Wayne Bruce.
Este verano se anunciaron doce ejemplares del Speed-Six que se impuso en el circuito de la Sarthe en 1929 y 1930.
Aston Martin construyó en 2017 nuevos DB4GT de acuerdo a los planos de los años 60 a un precio de venta de 1,5 millones de libras esterlinas cada uno.
Y también fabricó 19 ejemplares nuevos del DB4GT Zagato. Pero resultó una diversión cara porque solo estaba disponible en un paquete doble con un DBS Zagato actual, a un costo de más de ocho millones de euros.
El hito de este desarrollo es el DB5 de la película de James Bond «Goldfinger» que los británicos volvieron a presentar para el 25 aniversario de la serie de films del agente 007 y que incluía matrículas giratorias, ametralladoras llenas de balas de fogueo detrás de los faros y la trampa de balas en la parte trasera.
Un reino para un Countach
Un coleccionista anónimo encargó la construcción de un prototipo del primer Countach de Lamborghini en Italia, que demandó 25.000 horas de trabajo.
Sin embargo, según reveló Alessandro Farmeschi, hombre de Lamborghini, hay una diferencia crucial con el proyecto de Jaguar porque este original era único y además se destruyó en la prueba de choque.
Las copias de estos modelos no tienen ningún problema jurídico, sostiene el especialista en coches antiguos Frank Wilke, de Classic Analytics de Alemania.
En primer lugar, según su opinión, los fabricantes no ocultan el nuevo año de fabricación. En segundo lugar, a diferencia de las empresas externas, tienen literalmente todo el derecho a hacer esas réplicas y, en tercer lugar, se esfuerzan por conseguir la máxima autenticidad.
Sin embargo, Frank Wilke cree que se trata de una forma de ganar dinero con la que los fabricantes sacan provecho de su historia y se aseguran unos ingresos.
«No somos un club, somos un negocio y tenemos que obtener beneficios», dice Foster, el hombre del Jaguar, para justificar la estrategia.
«Proyectos como este nos permiten desarrollar nuevas habilidades para cuidar, proteger y preservar los Bentley históricos, tanto los originales como los de la series Continuation», dice Mike Sayer, de la automotriz Bentley. «Para que estos autos especiales permanezcan operativos para el futuro», añade.
Los propietarios probablemente no se preocupan mucho por estos temas, cree el experto en coches clásicos Wilke, «porque, en primer lugar, se ahorran mucho dinero en el proceso, si es que el original llega a ponerse a la venta».
En el caso del C-Type, por ejemplo, Foster estima que la diferencia de precio es de hasta seis millones de libras. «Y, en segundo lugar, suelen conseguir el mejor coche», dice Wilke.
¿Por qué sucede esto? Según opina Foster, porque el trabajo de hoy es más preciso que el de hace décadas atrás y porque un coche de carreras como el C-Type no solo debe durar 24 horas, sino en el mejor de los casos varias generaciones.
Por Thomas Geiger (dpa)