Investigadores del CSIC han formado parte del equipo internacional que ha descifrado por primera vez el genoma completo de la avena, creando un «atlas de expresión genética».

Según informó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Andalucía, los investigadores españoles han formado parte del equipo internacional que acaba de publicar un informe en dos revistas científicas en el que se detalla cómo «han descifrado el genoma completo de la avena» y «la elaboración de un atlas de expresión genética» de este cereal.
La investigación fue liderada por el Instituto Leibniz de Genética de Plantas (IPK) de Alemania, y ha permitido descifrar el pangenoma de la avena, «una especie con un ADN especialmente grande y complejo», según informó el CSIC. Los hallazgos han sido publicados en las revistas científicas ‘Nature’ y ‘Nature Communications’.
El pangenoma funciona como un mapa que reúne toda la diversidad genética de la avena. Incluye no solo los genes presentes en todas las variedades, sino también aquellos exclusivos de algunas especies. A partir de él, estos científicos han elaborado un atlas de expresión génica (pantranscriptoma) que muestra qué genes se activan en cada parte de la planta -hojas, raíces o semillas- y en distintas fases de crecimiento.
El reto era «enorme», valoraron desde el CSIC, ya que la avena es una planta hexaploide, lo que quiere decir que tiene seis juegos de cromosomas heredados de tres antepasados diferentes, lo que complica mucho su estudio. «Con nuestro pangenoma demostramos la verdadera magnitud de la diversidad genética en la avena. Esto nos ayuda a comprender mejor qué genes son importantes para el rendimiento, la adaptación y la salud”, afirmó el investigador del IAS-CSIC, Francisco J. Canales, autor del estudio.
Para lograrlo, secuenciaron el genoma de 33 líneas de avena, entre variedades cultivadas y silvestres, y analizaron la expresión de genes en seis tejidos y etapas de desarrollo en 23 de estas líneas. Esto les permitió «identificar variaciones estructurales en el ADN, como fragmentos de cromosomas invertidos o trasladados de lugar», explicó.
El equipo de investigación también se encontró con algunos detalles sorprendentes en su trabajo. “Por ejemplo, descubrimos que muchos genes se habían perdido en uno de los tres subgenomas. Sin embargo, la planta sigue siendo productiva porque otras copias génicas aparentemente asumen las funciones correspondientes”, añadió el investigador del IAS-CSIC.
Además, los investigadores comprobaron que «algunas variaciones estructurales influyen en genes que controlan caracteres clave para la agricultura», lo cual es «muy relevante», pues la avena es «uno de los cereales más saludables, conocido por aportar fibra, reducir el colesterol y no contener gluten».
AGRICULTURA MEDITERRÁNEA
«Descifrar el pangenoma de la avena muestra cómo la genómica moderna puede impulsar la investigación básica y tener un impacto directo en la salud, la agricultura y la mejora genética», explicó por su parte la autora del estudio y responsable del grupo de investigación ‘Resistencia a estreses bióticos y abióticos-CeResLab’ del IAS-CSIC, Elena Prats.
Prats añadió que también han «encontrado que la variación estructural en el genoma afecta a genes responsables de controlar el tiempo de floración, lo que es fundamental especialmente en el contexto de la agricultura mediterránea y de climas más cálidos y secos».
9.000 MUESTRAS DE GENOMA
En paralelo, otro equipo internacional de investigación dirigido por ‘Agriculture and Agri-Food Canada’ (AAFC), en el que también participaron estos dos investigadores del IAS-CSIC, analizó la estructura genética de unas 9.000 muestras de avenas silvestres y cultivadas.
El objetivo fue entender cómo se organizan genéticamente las poblaciones de avena y qué partes del genoma están relacionadas con su capacidad para adaptarse a distintos entornos. Para ello, utilizaron una técnica llamada ‘genotyping-by-sequencing’, que permite analizar de forma muy detallada la diversidad genética en miles de muestras, detalló el IAS.
“Nuestro estudio ha demostrado que la especie silvestre Avena sterilis no presenta una sola, sino cuatro poblaciones genéticas distintas, algunas de las cuales están vinculadas a regiones específicas del Mediterráneo y Oriente Medio”, explicó Elena Prats.
«También pudimos distinguir claramente una población independiente de la especie cultivada ‘avena byzantina’, así como varias poblaciones dentro de la especie ampliamente distribuida ‘avena sativa’. Esto confirma indicios previos de que estos dos tipos de avena cultivada son genéticamente muy diferentes”, añadió Francisco J. Canales en referencia a otro de los hallazgos del estudio, publicado en ‘Nature Communications’.
Los investigadores también descubrieron que «ciertas regiones del genoma relacionadas con la adaptación al entorno presentan reordenamientos cromosómicos (inversiones y translocaciones)». Según estos científicos del IAS-CSIC, “esto sugiere que hay diferentes estructuras cromosómicas que pudieron haber desempeñado un papel importante en la aparición de distintas líneas de avena, en su domesticación y en la formación de ‘barreras reproductivas’, es decir, obstáculos que dificultan el intercambio genético entre poblaciones”.
