La nueva docuficción de RTVE ‘Ciencia Forense’ reconstruye esta semana el caso del asesino del Putxet. En el año 2003, en el garaje de una finca de la zona alta de Barcelona, se encontró el cadáver de una mujer. Parecía un robo con violencia pero unos días más tarde y en el mismo aparcamiento otra mujer apareció asesinada en circunstancias similares.
Barcelona enero de 2003. En un garaje de una finca de la zona alta de la ciudad aparece el cadáver de una mujer asesinada. El asesino se ha llevado el bolso. Lo que en un principio parece un robo con violencia se complica cuando 11 días más tarde en el mismo aparcamiento otra mujer es hallada muerta en similares circunstancias.
Nadie ha visto ni ha oído nada, pero un asesino anda suelto por la ciudad. A la falta de pistas hay que añadir la presencia de un misterioso motorista que circula a todo gas por las calles del barcelonés barrio del Putxet.
La primera víctima es una mujer madura de clase media alta y la segunda, una de sus vecinas también de mediana edad. Las sospechas recaen en una chica rusa que acaba de llegar y ejerce de modelo en una agencia de contactos y en el marido de una de las víctimas que sale a la calle pocas horas después del asesinato de su mujer.
El jefe de homicidios no puede creerse lo que está ocurriendo. Dos asesinatos en el mismo lugar y con pocos días de diferencia. Sus jefes le presionan y la sociedad espera que el caso se resuelva.
La periodista de TVE Vanesa Benedicto está presente en momentos cruciales de la investigación y el relato. Con su presencia certifica lo que cuentan los investigadores y tiene el privilegio de poder analizar las pruebas del delito.
Cada capítulo de ‘Ciencia Forense’ está dedicado a un impactante caso y pone especial énfasis en la disciplina forense que contribuyó a su resolución. En la serie se desvelan secretos de la criminología como el ADN, el estudio y análisis de la conducta criminal, la grafología, la bioidentificación, la toxicología o la caligrafía forense. Se trata de casos donde a priori no existían ni indicios ni móviles evidentes que permitieran un pronto esclarecimiento, tampoco había testigos que dieran luz al trabajo policial. Fueron los pequeños detalles los que aportaron las pistas y fue el trabajo de los expertos forenses lo que señaló a los autores de los crímenes y sus motivos.