Pekín, 3 sep (dpa) – El presidente chino, Xi Jinping, anunció hoy la entrega de 60.000 millones de dólares en ayuda, inversiones y financiación para los países africanos, de los que está convirtiéndose desde hace tiempo en el principal actor económico extranjero.
En el marco del Foro de Cooperación China-África (Focac, por sus siglas en inglés), también se anunció que el gigante asiático perdonará parte de su deuda a los países africanos más pobres.
«Damos la bienvenida a África al tren expreso del desarrollo chino», dijo Xi ante una decena de líderes de países africanos reunidos en el Gran Salón del Pueblo de Pekín, entre ellos de Sudáfrica, Etiopía, Yibuti, Mauritania, Angola y Senegal.
Xi anunció una serie de proyectos y asociaciones en campos como el comercio, la infraestructura, la salud y la seguridad. La nueva inyección financiera demuestra lo importante que se sitúa África en las prioridades chinas.
El país lleva muchos años invirtiendo en el continente y ha encontrado allí una fuente de materias primas que necesita con urgencia. La clase media africana en expansión se ha convertido también en un importante mercado para los productos del gigante asiático.
Con un volumen de negocios de 170.000 millones de dólares, China ya ha desplazado como principal socio comercial no sólo a Estados Unidos, sino a Francia, antigua potencia colonial. Ante el creciente enfrentamiento comercial con Washington, Pekín también apuesta por ampliar las relaciones con sus socios africanos.
El interés se incrementó asimismo desde que Xi anunció hace cinco años el lanzamiento de una Nueva Ruta de la Seda, un corredor económico desde China al sudeste de Asia, Europa y África.
Los fondos anunciados hoy incluyen según la agencia oficial Xinhua subsidios y préstamos sin interés por valor de 15.000 millones de dólares, así como créditos con condiciones de devolución favorables por valor de 20.000 millones de dólares. Otros 15.000 millones irán a un fondo especial de ayuda al desarrollo y apoyo a las importaciones desde África. Además se «anima» a las empresas chinas a hacer inversiones por valor de 10.000 millones de dólares en el continente en los próximos tres años.
Pekín asegura que con los créditos chinos se creará empleo y crecimiento, pero los críticos alertan de que los proyectos pueden convertirse en una trampa de endeudamiento para los países, que serían así más dependientes de China. Xi Jinping afirmó hoy que con la Nueva Ruta de la Seda ganarán todos.
«Muchos dirigentes africanos saludaron el compromiso de Pekín como una alternativa a lo que consideran la falta de entusiasmo de Estados Unidos y Europa», escribe Sabine Mokry, del Instituto Merics para China en un análisis con motivo de la cumbre.
Mientras que en Estados Unidos «no existe ninguna política coherente hacia África», tampoco los europeos parecen tener proyectos, sobre todo comunes, señala.
China construye en todo el continente edificios gubernamentales, estadios de fútbol, ferrocarriles, aeropuertos, cuarteles y refinerías. En Zambia, Etiopía, Gabón, Camerún y Ghana han sido construidos diques con ayuda de China. Los inversores chinos incluso financian ciudades enteras, como Nova Cidade de Kilamba, en Angola, de casi nueve kilómetros cuadrados.
El Sudáfrica el Shanghai Zendai Group quiere construir «la Nueva York de África» con unos 8.000 millones de dólares cerca de la metrópolis económica de Johannesburgo, un proyecto con el que quiere crear 200.000 empleos en los próximos 15 años.
Junto con el comercio, China persigue crecientemente intereses militares. A través de su cooperación militar Pekín se garantiza sus intereses económicos en el continente, así como las vías marítimas. Desde 2017 el país tiene su primera base de la Marina en el extranjero, en Yibuti, en el Cuerno de África, desde donde apoya la lucha contra los piratas en el marco de la ONU.
Los observadores destacan sin embargo que en el futuro China actuará de forma creciente como vendedor de armas y en la formación de los ejércitos africanos. Desde 2008 el 21 por ciento de todas las exportaciones de armas chinas se destinan a África, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).