Con el frío llamando a la puerta de casa, tener las condiciones de temperatura en el interior del hogar se convierte en la gran prioridad de cualquiera. No se puede disfrutar de la comodidad en una vivienda en la que las temperaturas son demasiado altas o, como en el caso que nos ocupa con este invierno tan precipitado, demasiado bajas.
Teniendo esta idea en mente, numerosas familias se lanzan a equipar su casa con todo lo necesario para combatir al frío. Desde mantas a edredones, climatizadores o incluso estufas y braseros que puedan mantener el calor y generar un ambiente agradable en cualquiera de las habitaciones que haya. Cualquier cosa vale si sirve para quitarse de encima esa sensación tan incómoda que acompaña a esta época del año.
Una opción cada vez más común para esta lucha consiste en comprar chimeneas de bioetanol. Su popularidad como elemento decorativo y su buen rendimiento han conseguido que tanto catálogos como revistas especializadas no duden en recomendarlas. Son una de las mejores alternativas a los métodos más convencionales dadas todas las ventajas que suponen.
Sin embargo, dada esta novedad, es común que muchos se puedan mostrar reticentes ante el desconocimiento de algo relativamente joven. Pero para eso estamos, para aclarar cómo funcionan y qué son estos elementos que cada vez pueblan más hogares y que tanto se usan para disfrutar del calor. Además de para dejar claras las ventajas que suponen frente a las chimeneas de leña comunes.
¿Qué son las chimeneas de bioetanol?
Las chimeneas de bioetanol son ni más ni menos que sistemas de calefacción. Similares a las tradicionales, de leña, tienen como elemento diferenciador el uso del bioetanol como combustible para generar calor. A diferencia de las comunes, que emplean la madera para prender y mantener la llama, aquí se utiliza un componente líquido que tiene como único inconveniente el ser algo nuevo.
Y decimos que es un inconveniente porque, ahora mismo, es difícil encontrarlo con facilidad. Hay establecimientos especializados que lo tienen entre su catálogo, incluso algunos de decoración y bricolaje que también lo venden. Pero no es para nada tan común como lo es la leña, lo que complica las cosas en invierno si no se reserva.
Sin embargo, la gran ventaja del bioetanol es que su combustión no genera humo. Las chimeneas de bioetanol no necesitan ninguna salida de humos, ni un tiro por el que se desprenda todo lo que suele salir al prender madera. Así, son perfectas para realizar instalaciones sencillas y en prácticamente cualquier lugar, sin requerir obras excesivas ni cambios radicales en la estructura de la vivienda.
¿Cómo funcionan las chimeneas de bioetanol?
En cuanto a funcionamiento, este es tremendamente similar al de las chimeneas comunes. Cuentan con un depósito donde el usuario ha de verter el combustible para, posteriormente, quemarlo. Al prender, se genera una importante cantidad de calor que se transmite en su totalidad al resto de la estancia. Como no hay un tiro por el que este se pueda perderse, todo se extiende a la habitación donde se encuentra.
La cuestión de la duración puede ser la siguiente incógnita. El consumo estimado se mueve entre el cuarto de litro y el medio litro por cada hora de combustión y, por lo general, las chimeneas más comunes suelen contar con un depósito de entre 1 y 3 litros aproximadamente, lo que da lugar a un total de hasta 10 horas de calor por cada vez que este se llene. Claro que esto también depende del tipo de llama y de la velocidad a la que se consuma, algo que varía de un modelo a otro.
Por otra parte, el tema de los olores es otro que debe quedar fuera de la preocupación. Si el bioetanol es de calidad, su combustión no producirá olor alguno. En caso de no ser así, dependiendo del tamaño de la sala, es posible que sí que aparezcan algunos tanto al encender como al apagar la chimenea.
Ahora que las conoces en profundidad ya puedes entender con mayor facilidad por qué cada vez más recomiendan el uso de chimeneas de bioetanol. Las propiedades de este novedoso combustible y las facilidades que implica al combinarse con una instalación tan conocida y tradicional como son las chimeneas da lugar a un elemento que hace las veces de decoración y de calefacción.
Y para colmo, su instalación es de lo más sencillo. Sin obras, sin olores y sin complicaciones. Desde luego, son un aliado a tener en cuenta de cara a las bajas temperaturas que nos esperan durante este invierno que está siendo precedido por un más que frío otoño.