(dpa) – ¿Echa de menos la sensación de bajar la mesita del asiento delantero y sacar los cubiertos de plástico de la bolsita de nylon? Hay una compañía aérea que espera que los viajeros privados de esta experiencia paguen por comer en un avión sin los riesgos que supone volar al extranjero en medio de la pandemia.
Singapore Airlines ofrece cenar a bordo del avión de pasajeros más grande del mundo, claro que sin los tiempos de un vuelo y con un menú un poco más lujoso. Desde el 12 de octubre, la aerolínea permite reservar un asiento en el Airbus A380 que está en tierra en el aeropuerto de Singapur.
Los comensales pueden elegir de un menú especial para cada clase, incluido un menú diseñado por el cocinero estrella del país Shermay Lee. Para que la cena sea segura, Singapore Airlines dice que en el avión fueron instalados filtros que remueven el 99,9 por ciento de los microbios del aire.
Desde el 5 de octubre, ya se podían pedir a domicilio los platos del menú de Singapore Airlines.
Las compañías aéreas están explorando nuevos servicios más seguros para ofrecer a los viajeros y compensar las pérdidas que ocasiona la restricciones de viajes por la pandemia.
A principios de octubre la australiana Qantas comenzó a vender pasajes para «volar a ningún lado» a las personas que extrañan la sensación de viajar.
Todos los boletos para el primer vuelo de siete horas sobre Australia, que despega y aterriza en el mismo lugar, se vendieron en minutos.
Singapur, que suele ser un destino muy concurrido tanto por gente de negocios como por turistas, estuvo confinada por dos meses desde abril, lo que obligó a cerrar oficinas y restaurantes.
«Creamos actividades únicas que nos permiten comprometernos con nuestros seguidores y clientes», dijo el director ejecutivo del Grupo Singapore Airlines, Goh Choon Phong, quien añadió que la pandemia de coronavirus redujo «drásticamente» el número de vuelos que las tres aerolíneas del grupo están realizando.
La experiencia de cenar a bordo es lo más cerca que muchas personas en Singapur estarán por mucho tiempo de la sensación de volar.
A pesar de que se levantaron la mayoría de las restricciones domésticas, muchas personas continúan trabajando desde sus casas. De hecho, Grab, una app singapurense de entregas a domicilio, duplicó sus encargos de comida en comparación a antes de la cuarentena.
La mayoría de los países asiáticos no permiten la entrada de turistas y aunque Singapur vuelve a autorizar los viajes de negocios desde numerosos países vecinos con estrictas medidas de seguridad, la frontera continúa cerrada.
El 10 de septiembre, Goh anunció que sus aerolíneas despedirían a unos 4.300 empleados debido al impacto del virus.
Los viajes internacionales sufrieron un parón entre abril y junio. La región Asia-Pacífico fue la más afectada, según los datos reunidos por la Organización Mundial de Turismo de Naciones Unidas.
El Gobierno está impulsando ahora el turismo local en la pequeña ciudad-estado con un voucher de 100 dólares para cada adulto que será entregado en diciembre.