El exministro de Sanidad, Salvador Illa, entregó hoy lunes a la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre la compra de material sanitario durante la pandemia un informe de 32 páginas, «detallado y por escrito», en el que expone el procedimiento que siguió el Ministerio que él lideró durante la pandemia para la contratación de suministros sanitarios.
Lo hizo en los primeros minutos de su comparecencia ante la comisión de investigación sobre los hechos, responsabilidades y enseñanzas en torno a los procesos de contratación para la adquisición de material sanitario por parte de las Administraciones públicas durante la crisis pandémica ocasionada por la covid-19.
En su intervención inicial, Illa comentó que comparecía ante el Parlamento “con la misma disposición” de como lo hizo “un total de 22 ocasiones” durante la pandemia de la covid.
Tras hacer entrega al presidente de la comisión, Alejandro Soler, de una copia del informe para la distribución a los grupos parlamentarios, Illa compartió el apunte de su paseo esta mañana al llegar a Madrid ante un Ministerio de Sanidad donde vio “gente, actividad de bullicio”, en resumen, “vida”, lo que “no era así hace cuatro años por estas fechas” porque “la prioridad entonces era doblegar la curva y salvar vidas, el máximo número de vidas posibles”.
En los primeros compases de su declaración, Illa recordó que el momento era de «una crisis sin guion, que nos cogió a todos desprevenidos y sin estar preparados» y lamentó la pérdida de miles de víctimas por la covid.
Illa comentó que en «estos días, las autoridades sanitarias recibimos también en el Ministerio de Sanidad a través de diferentes vías múltiples ofertas de particulares, empresas e intermediarios que ofrecían suministros de material de diverso tipo» e incluso propuestas «realizadas, aparentemente, por oportunistas y advenedizos» que en «varias ocasiones» ofrecieron precios «desproporcionados e incluso algunas ofertas» que «se consideraron directamente como intentos de estafa», por lo que «era imprescindible detectar a proveedores fiables».
En ese informe se asegura que el Ministerio de Sanidad «actuó de manera prudente, responsable, diligente y eficaz en la tarea de asegurar que el sistema sanitario y el conjunto de la ciudadanía dispusieran del material necesario para protegerse frente al virus».
Añade que «todos sus contratos fueron objeto de una minuciosa fiscalización por parte del Tribunal de Cuentas, que no solo examinó en profundidad los aspectos contractuales o presupuestarios, sino que incluso entró a analizar los procesos de control de calidad de los productos, y los procesos de distribución a las comunidades autónomas. Sus informes finales no dejan ninguna duda sobre el respeto y cumplimiento riguroso de la legislación vigente por parte del Ministerio de Sanidad».