Madrid, 14 sep (dpa) – Inseguridad bajo los tres palos, demasiados goles recibidos y silbidos desde las gradas de su propia casa: 15 años después de su debut en el Real Madrid, Iker Casillas atraviesa una etapa tan preocupante como inédita en su carrera.
La derrota del Real Madrid por 2-1 contra el Atlético de Madrid, un nuevo gol encajado a raíz de una jugada de balón parado y la desaparición de la figura de «salvador» del equipo hicieron que el portero blanco recibiera silbidos por parte de su afición.
«El público es soberano y, si me pitan, lo que tengo que hacer es aceptarlo y entrenarme. Está en su derecho y a mí me queda responder de la manera que sé, jugando al fútbol», explicó el guardameta poco después del final del partido.
El gol de Tiago Mendes recién a los 10 minutos de juego y nuevamente mediante un tiro de esquina provocó la ira de una buena parte de los aficionados presentes en el estadio Santiago Bernabéu, quienes dedicaron silbidos y hasta algunos insultos a Casillas en cada una de sus intervenciones de la primera parte.
Tal escenario representó el primer conflicto público entre dos partes que habían celebrado de la mano la obtención de 17 títulos a lo largo de una década y media.
Casillas, de 33 años, se topó con la ebullición de un desencanto con la hinchada del Real Madrid, proceso gestado a lo largo de las últimas dos temporadas.
Al margen de ya no pertenecer más a la familia del club blanco, la figura de José Mourinho tiene una buena parte de responsabilidad en lo sucedido en la noche del sábado en el Santiago Bernabéu.
Mourinho fue el primer entrenador que, en pleno cargo en el club madrileño, se animó a cuestionar a Casillas y abrió la puerta para que los hinchas se animaran a poner en tela de juicio a uno de los ídolos más importantes del Real Madrid en la última década.
Así fue como el portero nacido en las afueras de Madrid perdió la titularidad en liga y ni siquiera la recuperó durante el primer año de Carlo Ancelotti en el banquillo.
«La gente tiene derecho a opinar como quiera. Cuando cree que un jugador puede dar más, intenta motivarlo y si no está de acuerdo hay pitos. Hay que saber encajarlo», agregó Casillas.
Ante la pérdida de condición de imprescindible, Casillas protagonizó nuevas actuaciones desafortunadas en eventos importantes que le complicaron aún más el panorama actual.
El grueso error en el gol de Diego Godín en la final de Liga de Campeones sumado a la pobre tarea con la selección española en el Mundial de Brasil reflejaron a un Casillas ajeno a aquel de las intervenciones milagrosas.
Como si fuera poco, el portero se erigió como el abanderado del inicio estrepitoso del Real Madrid en la actual temporada: el club de Chamartín apenas suma tres puntos sobre nueve posibles y seis de los siete disparos recibidos durante los tres partidos terminaron en gol, todos con Casillas en el arco.
«Estamos pagando los pequeños errores que cometemos. Hay momentos en que pagas los pequeños errores. Yo no he oído los silbidos a Casillas. Estoy focalizado en la táctica, el juego. Y si lo pitan por el primer gol, diré que en los goles de balón parado al primer palo, el último responsable es el portero», analizó el técnico Ancelotti.
A dos días de iniciar la defensa del título de la Liga de Campeones, contra el Basilea suizo, Casillas se encuentra en medio de una crisis con su propia hinchada, con la obligación de mejorar su performance y, como si fuera poco, con el aliento en la nuca de uno de los mejores porteros del Mundial 2014 y flamante fichaje de la pretemporada, el costarricense Keylor Navas.
Por Joaquín Cavanna