En el mercado actual, el precio de las impresoras es muy competitivo. La cuestión es, ¿cuál elegimos que se adapte mejor a nuestras necesidades? Es una pregunta a la que conviene dar respuesta, antes de acudir a una tienda de cartuchos de tinta y toners, y ese es el propósito principal de este artículo.
En primer lugar, hay que señalar que existen las impresoras de inyección de tinta y las impresoras láser. Las primeras utilizan tinta para imprimir, las segundas polvo de tóner. Ambos tipos utilizan la misma gama de colores: el negro, el amarillo, el magenta y el cian (azul).
La forma de imprimir varía de una impresora a otra. Las impresoras de tinta tienen unos cabezales de impresión, en los cuales se insertan los cartuchos; acto seguido, la tinta se almacena en un compartimiento de aluminio hermético, cuya parte superior está compuesta por muchas boquillas. A la hora de imprimir, los cabezales se moverán hacia adelante y hacia atrás, a medida que la tinta es expulsada por las boquillas y proyectada en el papel. La forma de impresión de dichas impresoras puede ser térmica (calienta la tinta) o piezoeléctrica (mediante electricidad, el cristal piezoeléctrico consigue generar tal presión que la tinta salga proyectada).
Por otro lado, las impresoras de láser utilizan cargas eléctricas para calentar y derretir el polvo de tóner y, de esta manera, transferirlo al papel. La elección de una impresora u otra dependerá de diversos factores. A continuación, vamos a indicar las características principales de cada una:
- Impresoras de tinta: son menos precisas y más lentas, en comparación con las de tipo láser. La calidad y definición de la impresión es bastante alta. Están diseñadas para un trabajo moderado, en cuanto a la cantidad de hojas de papel que puede llegar a imprimir. Sus cartuchos son más baratos, aunque deben ser reemplazados con bastante asiduidad. Son ideales para el trabajo en casa o para los autónomos.
- Impresoras de tóner: son muy rápidas. Tienen una elevada calidad en la impresión. Los cartuchos tienen un precio más elevado, aunque no se suelen recargar tantas veces. Están diseñadas para el trabajo de pequeñas, medianas y grandes empresas, que requieren de un considerable volumen de impresión.
En segundo lugar, hay que reseñar los precios de los cartuchos de tinta, pues cada marca tiene los suyos y, normalmente, es lo que resulta más caro a la hora de comprar una impresora. Hasta hace poco, solo existía la opción de comprar un cartucho nuevo cuando éste se acababa. A este tipo de cartuchos se les conoce como OEM (o fabricante de equipamientos originales), que son los cartuchos que fabrica la marca de la impresora (por ejemplo Canon, Lexmark, Epson, HP…). Son de alta calidad, pero su precio es bastante caro (en algunos casos puede suponer más que el precio de la impresora).
Después, tenemos los cartuchos compatibles. Son cartuchos genéricos, cuyo fabricante no es el de la marca de la impresora. Resultan muchos más baratos y su calidad es bastante aceptable. Eso sí, hay que comprobar que llevan una etiqueta identificadora con la certificación ISO (Organización Internacional de Normalización), que es la que avala y revisa la calidad del producto. Los mejores cartuchos son los que tienen la etiqueta ISO 9001.
También están los cartuchos rellenados. Los cartuchos de tóner rellenados, que son parecidos a los remanufacturados, aunque solo son reabastecidos de polvo de tóner y no se sustituye ninguna de sus partes. Esta categoría es la que, mayormente, utilizan las grandes marcas en sus campañas de descrédito del reciclaje de los cartuchos.
Por último, tenemos los cartuchos recargables o remanufacturados. De unos años a día de hoy, han surgido los negocios que ofrecen la recarga de cartuchos de impresoras. Pues son éstos los responsables de gestionar los cartuchos recargables. Se trata de una opción bastante económica y la más ecológica de todas las ya citadas, ya que sigue un proceso de reciclado del cartucho, sin necesidad de desecharlo. Su misión es revisar, limpiar y rellenar el cartucho, y en caso necesario, renovar alguna pieza que pudiera estar dañada para que se quede el producto como si fuese un cartucho o toner original recién salido de la fábrica.
Como vemos, existen opciones donde poder elegir y la calidad dependerá bastante del precio que se esté dispuesto a pagar.