Cuando se habla de pagos al Ayuntamiento, muchas veces se confunden los términos impuestos y tasas municipales. En Carreño, como en el resto de concejos asturianos, ambos conceptos forman parte de la financiación de los servicios públicos, pero funcionan de manera distinta. Entender la diferencia ayuda a los vecinos a saber qué están pagando y por qué.

¿Qué son las tasas municipales?
Las tasas municipales son cantidades que los vecinos abonan al Ayuntamiento a cambio de un servicio concreto o del uso de un bien público. No son pagos generales, sino vinculados a una prestación directa.
Ejemplos habituales en Carreño son:
- La tasa de recogida de basura.
- El suministro de agua y alcantarillado.
- El uso de instalaciones deportivas o culturales.
- Licencias urbanísticas o de apertura de negocios.
En resumen: si recibes un servicio específico, el Ayuntamiento puede cobrarte una tasa para cubrir sus costes.
¿En qué se diferencian de los impuestos?
A diferencia de las tasas, los impuestos municipales no dependen de que uses o no un servicio. Se aplican de manera general y sirven para financiar el conjunto de los gastos públicos.
El ejemplo más claro en Carreño es el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), que pagan los propietarios de viviendas, locales o terrenos. Otro caso es el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), más conocido como el impuesto de circulación.
Las tasas, por tanto, son un pago “a cambio de”, mientras que los impuestos son “para todos”, con independencia del uso individual de los servicios.
¿Cómo afectan al bolsillo de los vecinos de Carreño?
En el día a día, los vecinos de Carreño suelen encontrarse con ambos tipos de pagos:
- Impuestos como el IBI o el de circulación, que afectan al conjunto de la población con propiedades o vehículos.
- Tasas que dependen del uso o necesidad: desde el agua del hogar hasta la inscripción en actividades deportivas o culturales organizadas por el Ayuntamiento.
En muchas ocasiones, las tasas se revisan cada año a través de las ordenanzas fiscales, que aprueba el pleno municipal. Estas ordenanzas fijan las cantidades exactas que deberá pagar la ciudadanía y marcan la diferencia en el bolsillo de cada familia.