Colonia/Düsseldorf, 8 feb (dpa) – A las 11:11 en punto de este jueves, conocido en Alemania como «Weiberfastnacht» (Carnaval de las Mujeres), comenzaron hoy los festejos callejeros en los bastiones del carnaval germano, las ciudades de Düsseldorf y Colonia.
El presidente del carnaval de Colonia, Christoph Kuckelkorn, dijo a dpa que debido al mal tiempo esta vez la cantidad de gente es inferior a la habitual. «O las personas llegan más tarde o se resignaron a celebrar en casa, lo que también tiene su lado bueno».
En el llamado «Kwartier Latäng», el barrio estudiantil de Colonia en torno a la calle Zülpicher, tradicionalmente una zona de festejos, había mucha gente ya antes de las 11:11. Este distrito reúne sobre todo a los más jóvenes.
La alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, dijo a dpa que el carnaval de Colonia siempre es una fiesta de la diversidad, a la que se le canta en muchas canciones. «Desearía que todo el año vivamos así».
Kuckelkorn subrayó: «Colonia es diversa. Tenemos todas las nacionalidades, todas las religiones, todas las orientaciones. Colonia es un espacio de diversidad. Cualquier corriente que pretenda limitar eso de alguna manera no tiene opciones y luchamos por ello. El carnaval siempre está firme del lado de la democracia».
En Bonn-Beuel, localidad cercana a Colonia, el Carnaval de las Mujeres será especial este año, porque se celebra el 200 aniversario del llamado levantamiento de las lavanderas.
Esta tradición se remonta a los inicios del movimiento feminista: en 1824 las lavanderas de Beuel se rebelaron contra el patriarcado y contra la explotación de las mujeres y crearon un comité femenino.
Hoy en día, no necesitan la fuerza para levantarse contra los hombres. Desde 1958, las mujeres de Beuel nombran además a una representante como «princesa lavandera».
El Carnaval de las Mujeres supone en Alemania el inicio de la fase más festiva del carnaval. El jueves antes del Lunes de Carnaval, las mujeres toman simbólicamente los ayuntamientos y se hacen cargo del gobierno.
La tradición se remonta a la Edad Media, cuando sobre todo en los monasterios las monjas bailaban y jugaban a las cartas cuando la abadesa dormía.
Posteriormente, esos días eran aprovechados por las mujeres para rebelarse por poco tiempo contra la autoridad de sus maridos. Así es como surgió después de 1945 la costumbre de cortarle la corbata a los hombres, que aún continúa hasta hoy.