El Premio Nel Amaro de Teatro Profesional en lengua asturiana y gallego-asturiano, que concede la Consejería de Educación y Cultura, ha recaído en Carlos Alba. El jurado, reunido hoy bajo la presidencia del director general de Planificación Lingüística y Normalización, Fernando Padilla, ha acordado por mayoría conceder el galardón, en su primera edición, al espectáculo Llázaro de Tormes por su “brillante adaptación de un clásico a la cultura asturiana, con un gran esmero lingüístico tanto en el texto como en la representación del espectáculo, entroncando con un género tradicional asturiano como es el monólogo, dignificándolo”, según destaca el acta del fallo.
El jurado estuvo formado por la actriz y crítica teatral Eva Vallines; la responsable del Servicio de Normalización Lingüística de Siero, Esther Castro; la escritora Cristina Muñiz; el secretario de la Academia de la Llingua Asturiana, José Ramón Iglesias, y el director y crítico teatral Roberto Corte Martínez.
Estrenada en el Teatro Jovellanos de Gijón el 18 de octubre de 2012, Llázaro de Tormes es una adaptación al asturiano de la novela La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, que busca conservar el fondo popular y folclórico del original. La comicidad y la complicidad con el público están presentes en el montaje, que cuenta con la dirección escénica de Felipe Santiago, sin descuidar la calidad literaria del texto, para lo que Carlos Alba contó con la revisión lingüística del escritor Milio Rodríguez Cueto.
Carlos Alba, conocido como Cellero por el nombre de uno de sus personajes, tiene una amplia trayectoria en el campo de los cuentacuentos y el monologuismo. Sus espectáculos se dirigen a un público diverso, aunque predomina el infantil y el juvenil. Participó como guionista y actor en varios programas de la TPA, donde pone en práctica el monologuismo humorístico asturiano, una disciplina a medio camino entre la narración y el teatro popular donde su personaje Cellero cuenta historias con humor.
Al Premio Nel Amaro, galardonado con una pieza artística y la promoción de la obra, podían concurrir empresas del sector profesional dedicadas a la producción y representación de espectáculos teatrales, ya fueran personas físicas o jurídicas, teniendo cabida tanto los espectáculos originales como las obras dramáticas ya existentes y las versiones o adaptaciones de espectáculos representados originalmente en otra lengua.
