La noticia comenzó a circular por las calles del pueblo hace semanas, Don Pablo, Bustamante, “el Doctor” se nos va decían algunos vecinos, y otros muchos no dábamos crédito a como una persona con tanta humanidad, con un corazón enorme y que siempre ha sido, es y será capaz de sacarte una sonrisa o de tenderte una mano amiga nos puede dejar.
Cierto es que las “plazas” las designan los que no acudimos al médico, ya bien sea por un proceso de adjudicación, oposición, traslado, por bajas, por algún movimiento de “arriba”, el mundo de la sanidad y la vida en general tienen muchos misterios que los mortales rara vez podemos entender.
Pues el tema es muy sencillo, acudir al médico es acudir a una persona que nos aporte confianza, que nos haga estar cómodos y lo más importante que nos escuche, aconseje, cuide y nos de esperanza, de lo contrario ir al médico es frío… poco personal y muchas veces la única opción para encontrar un remedio a nuestros males…
Obviamente ir al médico no es ir de tertulia, no es ir para hacer amigos y en Candás tenemos muy buenos profesionales de la sanidad, por suerte.
Pero una de las preguntas que más me hago es ¿Por qué cambiar algo que funciona cuando es noticia que no tenemos personal sanitario suficiente en el Concejo?, incluso hay días en los que nuestros profesionales sanitarios tienen que abandonar su consulta para salir a atender una emergencia, y señores… hablamos que esto ocurre en un país con muchos millones de parados y en un país en el que muchos de nuestros profesionales de la salud han tenido que salir a buscar trabajo a otros lugares del mundo, eso no es una “leyenda urbana”, es una realidad.
El tema en cuestión es poder darle las gracias a Don Pablo, pues para mí siempre será Don Pablo por su paciencia, su voluntad, su trabajo, su amabilidad, su buen humor, su ayuda y su manera de entender y enseñar o mostrar a los demás los caminos saludables de la vida.
Don Pablo a mi me ayudó, me dio muy buenos consejos, me saco de un proceso depresivo con sus buenos consejos, curo una parte de mí explicándome qué la vida es mucho más que lo que yo pensaba o lo que mi mente me hacia pensar, y también me hizo no tener miedo a ir al médico, además de eso siempre me ha mostrado su cercanía, su disposición, su “buen rollo” y su profesionalidad.
Por encima de las personas están sus valores, Don Pablo tendrá sus defectos pero sus virtudes son innumerables, Don Pablo es y será un profesional de la salud de los que necesitamos en Candás y en cada rincón de nuestro país, no es un medico que te miré con el rabillo del ojo y te despache como a un apestado (los hay que actúan así), es un médico comprometido con su trabajo, con su continúa formación y con la comunidad.
Por eso hoy no me extraño ver que se están recogiendo firmas para que Don Pablo continúe en Candás, una persona así, con unos valores como los suyos, con un corazón más grande qué él y con ese trato humano es un lujo que no podemos perder.
Les invito a todos a que firmen en esas hojas que hay por el pueblo y a Don Pablo mi más sincera admiración y toda mi gratitud.
Usted no solamente cura enfermedades, usted da vida.
Nacho Bermúdez.