Con el comienzo del período escolar el próximo día 10 y el fin de las fiestas del Santísimo Cristo, el día 15, el verano llega a su fin en Candás. Esta es una afirmación muy asumida entre las gentes de la villa marinera, puesto que aunque el buen clima se pueda alargar, con el típico “veranillo de San Miguel”, el tiempo se divide de otra forma, ya que los niños comienzan al colegio y los hábitos cambian radicalmente. Solo unos pocos se acercan a la playa a disfrutar de los últimos rayos de sol veraniegos; el resto se dispone a comenzar las rutinas del período otoñal, con la vuelta al trabajo y a las diferentes labores, actividades y ocio que el cambio de actividad conlleva.
También la mayoría de los establecimientos hosteleros, echarán de menos el verano y aprovecharán la ocasión, para intentar alargar las ventas, teniendo como objetivo, principalmente, a las personas que nos visiten de otros lugares de la geografía asturiana y española. El mes de septiembre es un mes potente en la actividad vacacional y el duro y largo invierno está a la vuelta de la esquina.
Consultados algunos hosteleros y comerciantes de la villa, nos comentan que este verano, en términos generales, ha sido bueno para ellos, aunque algunos hayan tenido la positiva referencia del año pasado con la celebración durante una semana de los eventos correspondientes al Día de Asturias, que por primera vez tuvieron lugar en la villa candasina. También han notado, en algunos casos, el incremento en el consumo, aunque, según la mayoría, la crisis económica aún no ha tocado a su fin y otros
piensan que los tiempos en los cuales la afluencia de clientes era masiva, no van a volver. Son conscientes que las personas han cambiado la actividad en su tiempo de recreo y expansión, y toca ser original con la oferta que deben presentar al público para hacer atractivo su negocio.