Camino al paraíso fue la primera novela de la autora de literatura romántica María del Mar Álvarez. Después le siguieron Un okupa en mi corazón, Al Sur y Viernes de pecado, pero siempre será la historia de Mariana y Javier la que mencione cuando le pregunten cuál de todas es su preferida. El motivo, claro está, no radica solo en el inmediato éxito que le otorgó (quedó como finalista en el premio RNR-Vergara de novela romántica), sino que entre sus líneas (confiesa) hay mucho de ella misma.
La historia transcurre durante los primeros años después del descubrimiento de América por Cristóbal Colón. A esta nueva ruta hacia las Indias Occidentales pronto se sumarán marineros ávidos de aventuras y riqueza. Es el caso de los dos protagonistas: Manuel Espinosa y Javier Alonso. Ambos zarparán hacia aquellas tierras siendo, cada uno, capitán de su propio barco. Pero la suerte querrá que, antes de partir, Javier conozca a la prometida de Manuel: Mariana de Balboa.
Sin ningún tipo de pretensión más allá que la de establecer una amistad con la futura esposa de su casi hermano Manuel, será ella quien caiga primero derretida a los pies del muchacho ante la pureza de su espíritu y caballerosidad. Así se inicia una trepidante aventura que comienza cuando Mariana, lejos de acatar las imposiciones sociales de la época y a riesgo de ensuciar el buen nombre de su familia (pues el matrimonio había sido concertado), se esconde en la galería del barco que capitanea Javier.
Decidida a ganarse el amor del joven, atravesará con él las aguas atlánticas hacia un mundo todavía desconocido pero lleno de posibilidades. Mariana encarnará un espíritu libre y rebelde que se moverá por el sentimiento más puro que pueda haber: el amor. Todo ello traerá problemas, claro, especialmente cuando su propio prometido, el fiero y misógino Manuel, tome cartas en el asunto ante tamaño desprecio a su nombre.
Más allá de la mera trama, cabe mencionar el soplo de aire fresco que Camino al Paraíso trae consigo, pues ofrece una alternativa a los convencionalismos del género romántico. La propia autora confiesa que es lectora de literatura romántica desde que era pequeña, y que era común que estas estuvieran ambientadas en la Inglaterra de la época victoriana. “Caminoestá ambientada en el descubrimiento de América, pero bien podía haber sido en la época romana, o en la visigoda, o en la reconquista, o en la defensa de Cartagena de Indias ante los ingleses. Hay tanta historia en la que poder ambientar una novela que me parece una pena que esté tan desaprovechada”, concluye.
Así, los lectores se adentrarán de lleno no solo en la íntima y apasionada relación de los protagonistas, sino también en las exuberantes selvas de la Española, las calles arenosas y salvajes de La Isabela o el trajín y dinamismo de Sevilla. María del Mar Álvarez, una autora que ha apostado completamente por la autopublicación, hace alarde de un proceso de documentación que dota al libro de un realismo abrumador. Sumado a sus dotes de narradora, ha logrado crear una entusiasta historia donde la pasión desborda y con ella se lleva todos los obstáculos que quieran hacerla perecer.