La periodista y activista congoleña Caddy Adzuba ha asegurado que los niños soldado que han sido desmovilizados en República Democrática del Congo (RDC) representan «un bomba que va a explotar en cualquier momento» porque no se les está prestando atención psicológica y social para su reintegración en la sociedad.
«Estos niños son una bomba de efectos retardados, una bomba que va a explotar en cualquier momento», ha afirmado Adzuba, en una entrevista concedida a Europa Press. «Son cada vez más violentos porque no reciben atención; no hay trabajo, no han estudiado, son niños que han crecido en los grupos armados con la violencia», ha añadido.
Adzuba ha advertido de que estos menores «son soltados a la sociedad» congoleña «sin nada que hacer», en un país en el que «las armas siguen circulando», con lo que consiguen hacerse de nuevo con armas y «siguen robando y amenazando para sobrevivir». «Esto es lo que nosotros ahora conocemos en la ciudad de Bukavu, en la que hay una gran criminalidad urbana», ha asegurado.
Galardonada en 2014 con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su labor de defensa de las mujeres y de denuncia de la violencia sexual, Adzuba ha explicado que unos «40.000 niños soldado» se han desmovilizado en su país en el marco del proceso de «reintegración» impulsado por el Gobierno de Kinshasa.
El Ejecutivo, sin embargo, no cuenta con los medios para garantizar su adecuada reincorporación a la sociedad tras una vida marcada por la violencia de la guerra. «Necesita de ayuda de la comunidad internacional. El Gobierno no tiene capacidad para dar el apoyo psicosocial necesario. Se han mostrado débiles en este aspecto. Tengo la impresión de que tampoco hay una voluntad política para apoyar el proceso de desmovilización de los niños soldado», ha denunciado.
«EL FEMINICIDIO TODAVÍA NO HA TERMINADO»
Adzuba ha hecho hincapié en que el «feminicidio» en su país «todavía no ha terminado». «El proyecto de exterminar a la mujer en el Congo es un proyecto que todavía continúa. Lo que está ocurriendo ahora es que se mata a la mujer pero se le mata desde su nacimiento. Hay una gran agresividad contra las niñas. Es un proyecto de matar a la mujer desde que es pequeña», ha asegurado.
Tras rechazar hablar de «cifras» concretas sobre el número de mujeres violadas y asesinadas porque «detrás de cada número hay una mujer», ha afirmado que en República Democrática del Congo han sido asesinadas y violadas «millones de mujeres» desde 1996. «Violar es también asesinar. Solo una mujer de cada diez sobrevive a la violación», ha apostillado.
Adzuba ha dicho que la violencia sexual contra las mujeres ha experimentado «una reducción sensible» en su país en los últimos años porque el Gobierno avanza hacia el objetivo de lograr la paz pero también se ha experimentado «una regresión en la educación cívica». «Ahora la violencia sexual está entrando dentro de lo que es la sociedad civil. La violencia sexual se está empezando a urbanizar y a ser doméstica también», ha alertado.
Esta situación, en su opinión, deriva del hecho de que no se está persiguiendo a los autores de las violaciones y existe un clima de «impunidad. «Es la impunidad lo que hace que está situación persista, no una falta de concienciación. Antes eran los hombres armados los que violaban a las mujeres. Los hombres armados eran conocidos en los pueblos y las ciudades, todo el mundo los conoce pero no hay un seguimiento judicial de todos estos casos. Ahora cualquier persona piensa que también puede violar porque cree que no le van a perseguir», ha explicado.
La activista y periodista congoleña ha señalado que el Gobierno «tiene que hacer su parte» para perseguir a los autores de las violaciones en la guerra y ha reconocido que no lo está haciendo porque está más centrado en lograr la paz y reforzar a las fuerzas de seguridad y a las instituciones. «Está tan centrado en reafirmar la paz que se olvida de otros temas tan importantes como la justicia porque no ha pensado qué va a hacer después de la guerra para reforzar los Derechos Humanos», ha asegurado.
LOS RESPONSABLES INDIRECTOS DE LA GUERRA SON «LAS MULTINACIONALES»
«Si fuera el Gobierno, yo lo que haría es trabajar al mismo tiempo en la seguridad de la población y en la justicia. Los dos ámbitos deben afrontarse juntos porque así se ayudaría a resolver la situación de violencia sexual», ha explicado, antes de hacer hincapié en que no hay que olvidar que los «responsables indirectos» del conflicto en la República Democrática del Congo son «las multinacionales».
Estas empresas, según ha subrayado, «han financiado indirectamente la guerra» y ahora deberían «apoyar los procesos de pacificación y de justicia en República Democrática del Congo». «Esa es su parte en la reparación de los crímenes», ha considerado.
Adzuba ha explicado que en su país ha habido algunas condenas a «soldados rasos» por violaciones de mujeres en la guerra pero no hay ninguna sentencia contra altos mandos y generales. «No estamos satisfechos porque han condenado a soldados rasos pero no a los mandos. No han condenado a los rangos altos de las Fuerzas Armadas. En un crimen de guerra lo que tienes que hacer es condenar al jefe del batallón», ha asegurado.
En este sentido, ha contado que «todos los jefes de batallón que han atacado y han violado a mujeres» siguen «libres» y «siguen ejerciendo como militares de algo rango, como oficiales y generales, en las Fuerzas Armadas». «Ahora todavía se permite que, cuando dejan los grupos armados, se integren en las Fuerzas Armadas congoleñas y, además, con altos rangos», ha relatado.
Preguntada por la posibilidad de que el Tribunal Penal Internacional asuma la investigación de los crímenes de violencia sexual cometidos en República Democrática del Congo, ha afirmado que esta corte está «sensibilizada» con los casos y acepta que sean juzgados como «crímenes contra la Humanidad» pero ha advertido de que no puede investigar delitos cometidos antes del año 2000.
UN TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL ESPECIALIZADO EN RDC
«Nosotros demandamos un tribunal penal internacional especializado para República Democrática del Congo», ha dicho. «En la jurisdicción penal congoleña, los altos mandos militares se niegan a comparecer ante la justicia congoleña e intimidan a las personas para que no sean juzgados. Intimidan a la justicia nacional», ha advertido.
Adzuba ha considerado que ese tribunal penal internacional estaría «por encima de los tribunales nacionales» congoleños para poder investigar los casos que «ahora no se pueden juzgar».
Sobre la situación de los periodistas y de la libertad de prensa en su país, ha afirmado que los reporteros todavía siguen necesitando «protección» y que la libertad de expresión de los medios «no está garantizada». «Al menos en Radio Okapi, hay esperanza. La radio es el espacio más intimidado. Ya hemos enterrado a tres periodistas de Radio Okapi», ha afirmado Adzuba, que vive amenazada desde que denunció la violencia sexual en su país. «La libertad de prensa en Congo está en peligro», ha advertido.
Por último, la activista congoleña ha explicado su papel en el foro Women 4 Change, una iniciativa organizada por la Fundación Esperanza Pertusa de la firma española Gioseppo para potenciar el debate sobre la aportación de la mujer a la sociedad actual.
«El mensaje principal para este proyecto es que la paz es posible. La paz no es un milagro. He visto a mujeres que hace quince años estaban absolutamente destruidas por la violencia sexual y que ahora me dicen que se quieren presentar a las elecciones locales», ha contado. «Somos un ejemplo positivo de que todo es posible. La paz es posible», ha concluido.