Berlín, 19 ago (dpa) – El Parlamento alemán dio hoy luz verde al nuevo paquete de ayudas a Grecia, el tercero en cinco años, que fue aprobado con una amplia mayoría de la Cámara pese al aumento del voto disidente dentro del bloque conservador de la canciller Angela Merkel.
Un total de 453 diputados votaron a favor del tercer rescate en una sesión extraordinaria en el Bundestag, un paso obligatorio para la puesta en marcha del paquete de ayuda de hasta 86.000 millones de euros (95.190 millones de dólares). En contra votaron 113 y 18 se abstuvieron. Otros 47 diputados no estuvieron presentes en la votación.
Tras años de crisis griega, cada vez son más las voces en las filas de Merkel que rechazan continuar apoyando al gobierno Atenas, al que acusan de no cumplir con lo acordado y no aplicar las reformas necesarias para salir de la crisis.
«Cuando uno se da dos veces contra la pared, entonces se debería mirar si no hay también en algún otro lugar una puerta. Y esa puerta se llama ‘Grexit’ (juego de palabras en inglés que alude a la salida de Grecia de la eurozona)», afirmó el disidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU) Klaus-Peter Willsch.
Junto a él, otros 62 diputados de la Unión -formada por la CDU de Merkel y su partido hermanado de Baviera, la Unión Cristianosocial (CSU)- votaron en contra de la nueva ayuda. A éstos se suman tres abstenciones, frente a los 228 votos a favor del rescate del total de 311 diputados de la Unión.
La cifra de opositores en las filas de Merkel es la más alta registrada desde la votación del primer rescate a Grecia hace cinco años. Desde entonces la oposición entre los conservadores ha ido creciendo exponencialmente con los años.
Los Verdes valoraron esta cifra récord de disidentes como «un voto de desconfianza» en la Unión contra la política de crisis de la mandataria alemana y del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble.
La bancada conservadora puede permitirse el gran número de rebeldes gracias a la mayoría de un 80 por ciento que posee en el Bundestag junto con su socio en el gobierno, el Partido Socialdemócrata (SPD), dentro del cual sólo cuatro diputados se opusieron al rescate, entre los que se encontraba el ex ministro de Finanzas y ex candidato a la Cancillería alemana en 2013 Peer Steinbrück.
«Los ‘noes’ de sus propias filas al paquete de Grecia es una señal de alerta para la canciller alemana. Sin embargo, le hace bien a la democracia parlamentaria», escribió el diario germano «Süddeutsche Zeitung». «Fue un buen día para la democracia», agregó.
Por su parte, el partido de La Izquierda se volvió a oponer en bloque al rescate. Para el presidente de la fracción parlamentaria, Gregor Gysi, el nuevo programa es tan malo como los dos primeros y al final son los griegos los que tienen que hacer frente a las consecuencias.
La mandataria alemana dejó la defensa del paquete griego en manos de su titular de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que hizo un llamamiento a la responsabilidad de los parlamentarios alemanes.
«Naturalmente, tras las experiencias de los últimos meses y años, no hay garantía alguna de que todo vaya a funcionar. Y las dudas siempre están permitidas», reconoció.
«Sin embargo, a la vista del hecho de que el Parlamento griego ha aprobado las medidas por gran mayoría, sería irresponsable no aprovechar ahora la posibilidad de un nuevo comienzo en Grecia», afirmó ante los diputados alemanes.
Durante su comparecencia, el ministro insistió de nuevo en que «para el gobierno alemán es indispensable que el Fondo Monetario Internacional (FMI), con su experiencia en crisis de deuda estatal, esté a bordo».
Schäuble reconoció que existen cuestiones en el acuerdo que pueden hacer dudar de su idoneidad. «La decisión sobre un nuevo programa de ayuda a Grecia no ha sido fácil», admitió, al igual que reconoció que existen razones «económicas y políticas a favor y en contra». Sin embargo, recordó que es «en interés de Grecia y de Europa» sacarlo adelante.
«Grecia fue desde el principio un caso complicado, pero hasta finales del pasado año iba por el buen camino, a pesar de todas las dificultades», afirmó.
En su opinión el problema vino cuando el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, hizo promesas que no podía mantener. «Ahora debe hacer lo contrario de lo que prometió».
A la decisión de Berlín siguió el voto favorable de Holanda, donde los partidos de la coalición de gobierno (liberales de derechas y socialdemócratas) y el partido opositor D66 aseguraron su apoyo al rescate.
Una vez superado este paso, los ministros de Finanzas de la zona euro mantendrán una conferencia telefónica para hablar del primer pago de 26.000 millones de euros del programa que durará hasta 2018.
Atenas debe hacer frente el jueves a la devolución de un préstamo de 3.400 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE). Hasta otoño (boreal) el Fondo Monetario Internacional (FMI) no tomará una decisión definitiva sobre su participación en el tercer rescate, que ayudó a negociar.
Por Almudena de Cabo