Fráncfort, 2 feb (dpa) – La Ministra de Trabajo alemana, Andrea Nahles, anunció el lunes su intención de recortar las prestaciones a los refugiados que no quieran integrarse en el país.
«Quien quiera un nuevo comienzo en Alemania debe poder hacer un esfuerzo, buscar empleo y aportar su propio patrimonio», explicó la responsable también de Asuntos Sociales en una breve declaración a los medios en Berlín.
«A quien no quiera integrarse le recortaremos también las prestaciones», indicó, al mismo tiempo que agregó que el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales trabajará ahora en propuestas para ver cómo debe modificarse la ley de prestaciones de solicitantes de asilo.
La ministra socialdemócrata detalló que entre las exigencias se encuentra integrarse en el mercado laboral y la asistencia a cursos de alemán, a los que deberán asistir tanto hombres como mujeres. «Esto no se trata de recomendaciones, sino de expectativas claras», afirmó.
Previamente, en un escrito publicado el lunes en el diario alemán «Frankfurter Allgemeine Zeitung», Nahles dejó claro también que «quien venga aquí en busca de protección y quiera comenzar una nueva vida debe respetar las reglas y valores».
Alemania recibió 1,1 millón de refugiados en 2015. En este contexto, Nahles reclamó que los solicitantes de asilo puedan mantenerse ellos solos y «no solicitar ayuda social desde el principio».
Sin embargo, a pesar de que los refugiados tengan interés en integrarse, este proceso no será fácil. La Oficina de Empleo de Alemania (BA) alertó que su integración en el mercado laboral germano será un largo proceso que durará años.
«No deberíamos tener grandes esperanzas», afirmó el nuevo miembro de la junta directiva de la BA Detlef Scheele, en declaraciones al diario alemán «Süddeutsche Zeitung».
«Si todo transcurre bien, el primer año tras su llegada quizá un diez por ciento tenga trabajo, tras cinco años esa cifra ascenderá a la mitad y tras 15 años será un 70 por ciento», explicó.
La BA calcula en base a sus datos de 2016 que 350.000 refugiados vivirán de la ayuda social alemana. Asimismo, señaló que los niños que ahora van a la escuela en Alemania tienen buenas perspectivas de convertirse en mano de obra cualificada en el futuro.
«Quien sea menor de 35 años tiene buenas posibilidad de formarse para un trabajo. Para las personas con edades notablemente por encima de los 40 será difícil», afirmó Scheele.
De esta manera, los expertos del Instituto de Economía Alemana de Colonia (IW) calculan que el alojamiento, la alimentación, así como los cursos de integración e idiomas para los refugiados le costarán al Estado alemán éste y el próximo año un total de casi 50.000 millones de euros (54.245 millones de dólares).
De acuerdo con el pronóstico del IW, los costes derivados de la gran afluencia de refugiados en el país ascenderán en 2016 a los 22.000 millones de euros, recogió el diario alemán «Rheinische Post».
Si la cifra de inmigrantes asciende a los 2,2 millones, el coste el próximo año será de 27.600 millones de euros, indicaron los expertos.
Si este pronóstico se hace realidad, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, tendrá que crear nueva deuda como tarde en 2017, agregaron.