La cosmética natural está marcando tendencia. Cada vez nos alejamos más de los químicos y tóxicos para abrazar aquellos productos de cosmética natural que nos cuiden también por dentro y no sólo por fuera. Estos productos son igual de potentes que los que siempre hemos utilizado, con la diferencia que respetan nuestra piel y nuestro cuerpo en general, sin necesidad de agregados que resultan agresivos y hasta dañinos para el organismo.
La cosmética ecológica, sin tóxicos ni químicos, sin parabenos ni parafinas ni ningún derivado del petróleo, consiste en aquella desarrollada en total respeto de la naturaleza y de los seres que la habitan, con productos bio certificados que garantizan el origen natural de los ingredientes. Además de cuidar nuestro cuerpo, la cosmética natural es respetuosa del medio ambiente y de los animales.
Desde los serums faciales hasta el champú, pasando por cremas para el cuerpo y protectores solares; todos los productos pueden dañar el organismo cuando entre sus ingredientes figuran agentes tóxicos. La cosmética natural es una alternativa a los cosméticos tradicionales y una práctica cada vez más difundida en Europa. En España hace poco que ha comenzado a ganar adeptos que no la buscan solamente por motivos de salud (alergias, asma, problemas de la piel como dermatitis o psoriasis o simplemente intolerancia a ciertas sustancias químicas) sino que las eligen como alternativa válida de consumo.
¿Cuáles son los beneficios de usar una cosmética natural? Si la comparamos con la cosmética a la que estábamos acostumbrados, la industrial, no cabe duda que al elegir productos naturales la balanza se inclina a favor de la salud, del consumo responsable y sostenible y del medio ambiente.
Además está demostrado por numerosos estudios científicos que muchos de los ingredientes utilizados en la cosmética industrial pueden relacionarse con distintas enfermedades, entre ellas, las enfermedades autoinmunes, las alergias y hasta el cáncer. Por esto es imprescindible tomar conciencia de la importancia de cambiar nuestros hábitos y asegurarnos de que, así como cuidamos nuestra alimentación intentando elegir productos nutrientes, debemos cuidar nuestra piel desde el interior y no sólo desde el exterior, eligiendo cremas, geles, dentífricos, champús y cosméticos en general que incluyan aceites vegetales, aceites esenciales,arcillas,miel, aloe vera, regaliz.
Es cierto que ello implica un cambio de hábitos, pero lo importante es tomar conciencia y empezar de a poco. Los resultados saltarán a la vista y la piel y la salud lo agradecerán.