Ya se acercan una de las épocas del año que más reúne a las familias españolas. Desde que existe la tradición de cenar en Nochebuena o Fin de Año o incluso de quedar para la cabalgata de los Reyes Magos, cientos de miles de familias tienen la excusa perfecta para inmortalizar el recuerdo de estar todos.
Pero, si hay un momento especial para las familias, es cuando los más pequeños empiezan a formar parte de los rituales y tradiciones. La fotografía de bebés durante la Navidad se puso de moda en los estudios hace tiempo, sin embargo, los fotógrafos, tal como explican desde Baby Click Photography, al igual que en otras sesiones, están optando por apostar por la naturalidad y originalidad como opción.
“Ya no se lleva tanto el concepto de foto de estudio tipo Christmas sino imágenes que, aunque evoquen la navidad, sean realmente bonitas para poner todo el año en un marco” comenta este fotógrafo de bebés en Asturias.
Precisamente por eso, el entorno natural es importante para sus disparos.
En primer lugar, habla de la importancia de poder utilizar exteriores más que estudio en caso de que la temperatura lo permita. El uso de la luz natural para sus imágenes es claramente su forma de entender la fotografía. Aprovechar la luz suave y difusa de los atardeceres y evitar los flashes es clave para que la sesión sea cómoda para el bebé.
En caso de necesitar, porque las condiciones no lo permitan, un fondo, siempre se busca el que simule, por ejemplo, bosques o espacios naturales que, decorados también con elementos físicos que lo evoquen, permitan dar ese toque de naturaleza que al final gusta a todo el mundo.
Un detalle que suele ser suficiente es que el bebé lleve algún atuendo que recuerde la navidad. En su momento, cuando comenzó a tener gran éxito la fotografía de bebés de Anne Geddes todo partía, precisamente, de la caracterización. Un pequeño gorro de Papá Noel, unas piñas o incluso un disfraz acorde con la época o tradición más local puede ser la clave para que este reportaje navideño sea único.
“Atrás quedó también solo fijarse en el conjunto. Las imágenes de zonas son claves. Las manos, los pies, la expresión, las reacciones…todo es único en este contexto. No se trata solo de bebés, sino de niños que, en muchos casos, interactúan con los padres y con nosotros. La curiosidad, sorpresa o una carcajada marcan la diferencia” explican.
Por supuesto, no hay sesión que no culmine con la familia compartiendo espacio. Es un recuerdo imborrable.