Fráncfort, 3 dic (dpa) – El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidió ampliar su polémico programa de compra de bonos estatales y otros activos por valor de 60.000 millones de euros (63.330 millones de dólares) mensuales hasta «al menos» finales de marzo de 2017, informó hoy su presidente, Mario Draghi.
«El programa continuará hasta finales de marzo de 2017 o más allá en caso de que sea necesario o hasta que el consejo de gobierno del BCE vea un ajuste sostenido de la inflación que sea coherente con nuestro objetivo de inflación por debajo pero cercano al dos por ciento», explicó Draghi.
Esta decisión se engloba dentro de un paquete de cinco medidas anunciadas hoy por Draghi en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno en la que decidieron dejar inalterable su principal tasa de interés en un 0,05 por ciento, el mínimo histórico fijado en septiembre de 2014 para reactivar la débil coyuntura en la eurozona.
Junto a la prórroga de su programa, el BCE decidió elevar la penalización a los depósitos bancarios. A partir de ahora, los bancos deberán pagar un 0,3 por ciento en lugar de un 0,2 por ciento si desean depositar su dinero en el BCE en vez de conceder créditos para incentivar la economía.
En tercer lugar, el BCE decidió «reinvertir los pagos principales de los valores comprados bajo el programa de compra de activos conforme venzan durante el tiempo que sea necesario». «Esto contribuirá tanto a unas condiciones de liquidez favorables como a una política monetaria adecuada», explicó Draghi.
En cuarto lugar, incluirán en el programa de compras del sector público instrumentos de deuda emitidos por gobiernos regionales y locales ubicados en la zona euro en la lista de activos elegibles para compras habituales por parte de los bancos centrales nacionales respectivos.
En quinto lugar, continuarán con las principales operaciones de refinanciación y las operaciones de refinanciación a más largo plazo a tres meses como operaciones de subasta a un plazo fijo con adjudicación plena «durante el tiempo que sea necesario y al menos hasta el final del último periodo de reserva de 2017».
«Las decisiones adoptadas hoy se han hecho para asegurar una vuelta a los niveles de la inflación cercanos pero por debajo del dos por ciento y de esta forma anclar nuestras expectativas en inflación a medio plazo», aseguró el presidente del BCE.
Desde marzo, el BCE compra mensualmente bonos estatales y otros activos por un volumen mensual de 60.000 millones de euros. El objetivo de este billonario programa, que estaba previsto que estuviera vigente al menos hasta septiembre de 2016, es reactivar la coyuntura económica e impulsar los precios al alza.
La llamada flexibilización cuantitativa o «quantitative easing» (QE) fue anunciada en enero por el presidente del BCE. En un principio, el BCE tenía previsto destinar 1,1 billones de euros al programa, pero la decisión de hoy elevó esta cantidad en 360.000 millones de euros.
Hasta el 27 de noviembre, el BCE había comprado dentro de este programa bonos estatales por un volumen de 445.500 millones de euros. La inyección de dinero tiene como objetivo llegar a las empresas y a los consumidores en forma de créditos de sus bancos. De esta manera se incrementarían las inversiones y el consumo e impulsarían al alza la economía y la inflación. Sin embargo, el programa no logra obtener de momento los efectos deseados.