Viena, 14 sep (dpa) – Los ministros del Interior de Austria e Italia propusieron hoy que los migrantes deben permanecer a bordo de los barcos de rescate en el Mediterráneo mientras las autoridades europeas deciden cuáles pueden presentar una solicitud de asilo.
La nueva propuesta surgió en una conferencia sobre migración entre la Unión Europea (UE) y África celebrada en Viena.
Este procedimiento tendría el «grato efecto secundario» de que estos barcos queden fuera de funcionamiento mientras se procesan las solicitudes de asilo, señaló el ministro del Interior austríaco, el ultraderechista Herbert Kikl, en una conferencia de prensa.
«Todos fueron bien atendidos en los barcos», dijo, y añadió que el proceso de selección sólo llevaría unos días.
Su par italiano, Matteo Salvini, dijo que estaba de acuerdo con la propuesta, pero advirtió irónicamente que «uno puede ser procesado por mantener cautivas a personas».
Salvini es investigado actualmente por la justicia italiana por «secuestrar» a unos 150 migrantes que fueron rescatados el mes pasado y llevados al puerto de Sicilian, donde se les impidió desembarcar durante varios días.
De todas formas, hay pocas posibilidades de que el líder de la ultraderechista Liga pueda ser juzgado, ya que cuenta con inmunidad parlamentaria.
En la conferencia de Viena se reunieron ministros y funcionarios de la UE, Argelia, Chad, Egipto, Marruecos, Níger, Mali y Túnez.
El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el comisario de Migración de la UE, Dimitris Avramopulos, destacaron por separado a la prensa que ninguno de los participantes africanos apoyó la nueva idea del bloque de instalar centros de acogida en el norte de África para los migrantes rescatados en el mar.
«Es muy difícil para un país aceptar algo así. Cada país tiene su dignidad y debemos reconocer eso», dijo el ministro español, quien sí destacó la relevancia de poder hablar del tema.
Grande-Marlaska se manifestó escéptico acerca de las esperanzas de que se pueda cerrar la ruta migratoria por el Mediterráneo reforzando Frontex, la agencia europea que controla las fronteras.
«Crear muchos puestos de funcionarios en Frontex puede tener un significado para las fronteras terrestres, pero es imposible para las fronteras marítimas (…) En el mar se trata de acciones de rescate», señaló el ministro español, quien añadió que las ONG hacen una importante labor al respecto, pero en realidad son los países los que tienen que asumir la responsabilidad.
En Viena, Salvini elevó a su vez la presión sobre Alemania al demandar concesiones a cambio de su firma en un acuerdo para devolución de migrantes que quiere alcanzar Berlín.
Italia espera que «Alemania nos apoye en el cambio de reglas para la misión Sophia de la UE», dijo el ministro.
Esta operación marítima para combatir el tráfico de personas y rescatar a migrantes enfrenta actualmente un futuro incierto, ya que Roma amenaza con cerrar sus fronteras a los barcos de Sophia si la misión sigue llevando automáticamente a los migrantes a Italia.
El ministro de Interior alemán, Horst Seehofer, está intentando cerrar el acuerdo como una medida simbólica contra la inmigración, mientras su conservadora Unión Cristianosocial (CSU) enfrenta el desafío del partido populista de tinte xenófobo Alternativa para Alemania (AfD) en las próxima elecciones regionales en Baviera.
La idea del acuerdo es devolver a Italia a los migrantes que llegan primero a ese país y luego viajan por Austria hasta la frontera con Alemania. A cambio, la misma cantidad de migrantes que hayan sido rescatados en el Mediterráneo serán enviados desde Italia a Alemania.
Hasta el momento el Gobierno alemán alcanzó acuerdos similares con Portugal, España y Grecia.
En la reunión, Salvini fue protagonista de un agrio debate con su homólogo de Luxemburgo Jean Asselborn, que también es titular de Exteriores. Estas reuniones suelen a ser a puerta cerrada, pero el ministro italiano la retransmitió en Facebook y en Twitter.
Salvini criticó a Asselborn por sugerir que Europa necesita inmigrantes para compensar el envejecimiento de la población.
«Tal vez en Luxemburgo haya esta necesidad, pero en Italia sentimos que necesitamos ayudar a nuestros hijos a tener hijos y no tener nuevos esclavos (africanos) para sustituir a los hijos que no nacen», dijo Salvini.
Cuando estas declaraciones fueron traducidas por los intérpretes, Asselborn interrumpió a su colega italiano y recordó que Luxemburgo ha acogido históricamente a un gran número de inmigrantes italianos y cerró su intervención con un «Merde, alors», (maldita sea, en francés).
Por Albert Otti y Alvise Armellini (dpa)