La búsqueda de la mejora estética es siempre un habitual en estas fechas, precisamente porque después de someterse a un aumento mamario silfid, gracias a la ropa, puede hacer que pase más desapercibido y el postoperatorio sea más cómodo.
Tras meses de confinamiento son tres las principales demandas en lo que a intervenciones quirúrgicas se refiere.
Junto con el rejuvenecimiento facial, la mamoplastia es una de las intervenciones más contratadas en las clínicas estéticas, seguidas también de cerca por la liposucción.
En España, el aumento de pecho a través de implantes mamarios supone hasta el 40% de las intervenciones estéticas que se realizan y tiene su raíz en el visible cambio de imagen e incremento de autoestima para quien se decide a hacerlo. Eso significa cerca de 60.000 intervenciones anuales solo en este campo.
“Son muchas las mujeres que buscan lucir escotes más bonitos y rellenos que les permitan contornos que se ajustan más a su gusto. No se trata de emular a nadie, sino que en las clínicas debemos aconsejar para que, con el implante más ajustado a la talla final deseada, acompañe al resto de estructura corporal para que quede equilibrado” comenta el doctor Aparicio.
Hasta febrero de este año, de hecho, se esperaba incluso superar las cifras de 2019 y, no ha sido hasta el verano cuando, tras el confinamiento, muchas mujeres han decidido lanzarse a sentirse mejor con su imagen, acudiendo a las clínicas a informarse de las posibilidades que pueden tener para mejorar su contorno mamario, aumentar el tamaño o incluso corregir alguna deformidad gracias a la técnica de implante.
Este tipo de intervención, que tiene una duración aproximada de una hora se hace a través de sedación general o local, dependiendo de cada caso, y permite que se pueda hacer sin ningún tipo de dolor para las pacientes.
“La ventaja es que la hospitalización es apenas de un día y el tiempo de retorno a la vida laboral es de apenas dos semanas, lo que ahora, además, con el teletrabajo, es aún más cómodo y ha hecho que sea el momento perfecto para muchas mujeres que, además, no coincidirían con compañeros o visitas” explican.
A esta intervención se suman las liposucciones y los retoques faciales como las peticiones más habituales y, en estos casos, no siempre exclusivamente solicitados por mujeres, sino que cada vez son también más los hombres que apuestan por acudir a quirófano para mejorar su imagen.
Entre estas dos intervenciones, el segundo lugar tras las mamoplastias la ocupan las liposucciones, que representan ya más del 15% del total de intervenciones nacionales y que tienen varias opciones también.
Para los retoques faciales, las peticiones más habituales son los tratamientos con ácido hialurónico o toxina botulínica, algo que no necesita de quirófano y que representarían más de 80.000 tratamientos anuales.
Sin embargo, si hay una operación popular, como se viene diciendo, es el aumento de pecho. Ya sea por cualquiera de las opciones disponibles, mediante lipofiling con la propia grasa corporal de la paciente o con implantes de silicona, el aumento mamario silfid busca cubrir las necesidades particulares y conseguir un resultado más que óptimo.