La Consejería de Sanidad del Gobierno del Principado de Asturias seguirá garantizando el tratamiento con los nuevos fármacos contra el virus de la hepatitis C a todos los pacientes que lo necesiten de acuerdo con los criterios clínicos establecidos y en condiciones de equidad. Así se lo ha comunicado esta mañana en conversación telefónica el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, al secretario general de Sanidad, Rubén Moreno, a quien ha trasladado además la necesidad de que el Ministerio de Sanidad lidere un plan para el abordaje integral de esta enfermedad, que garantice la igualdad en el acceso a los tratamientos y que permita sentar las bases de una futura erradicación del problema cuando esté disponible una vacuna específica.
“En Asturias estamos actuando de una forma correcta de acuerdo al conocimiento de la enfermedad y sus posibilidades terapéuticas y vamos a seguir haciéndolo así en 2015 para que los pacientes a los que se prescriba el nuevo fármaco puedan tener acceso al mismo en condiciones de equidad”, ha explicado el consejero.
Más concretamente, sobre el uso de los nuevos medicamentos disponibles como el sofosbuvir, Blanco asegura que en el Principado “estamos tratando los casos según las mejores evidencias y en relación al posicionamiento terapéutico de cada molécula, sola o en combinación con otras, y seguiremos haciéndolo para la población que los expertos estimen que precisa este tipo de fármaco”.
Blanco ha destacado que estos fármacos presentan un valor terapéutico añadido en comparación con los estándares hasta ahora existentes de tratamiento de la infección crónica por este virus en determinados escenarios clínicos y para distintas pautas de tratamiento que cuentan con un buen perfil de seguridad, menor duración de tratamiento y la posibilidad de ser usado solo en determinados grupos de pacientes.
“La hepatitis C no es nueva entre nosotros, lo que sí acucia es el cómo afrontar los que nos plantean los nuevos fármacos innovadores y su incorporación por el Sistema Nacional de Salud, empezando por estas nuevas moléculas y otras presentes y futuras, pero si no cambiamos la estructura básica de precios de los productos farmacéuticos, el sistema público y el privado sufrirán tensiones que, en algunos casos, pueden llegar a ser insoportables”, ha advertido. Para tratar de evitarlo, Faustino Blanco propone al Ministerio de Sanidad que aborde desde una visión de Estado la financiación de tratamientos innovadores porque se trata de un problema globalizado.
Además, considera que debe visualizarse con claridad la función de «autoridad sanitaria», ser reconocida y llegar a ser vinculante para todas las organizaciones de interés público, ante los retos presentes y futuros. Para ello aboga por consolidar, desde la experiencia actual de varias agencias autonómicas, una Agencia Estatal de Evaluación con competencia reconocida o la regulación de convenios internacionales con otras agencias como NICE o Preventative Health Taskforce Australiana, que podrían contribuir a dar luz a un problema muy serio para la sostenibilidad de los sistemas públicos o privados de aseguramiento, comprometiendo a todos los actores.
Crear un fondo estatal de financiación de fármacos innovadores, dentro del Fondo de Cohesión Sanitaria, sería además una garantía de equidad en el Sistema Nacional de Salud, según Blanco, que es partidario de impulsar una estrategia europea de convergencia con otras potencias ante un problema global, lo que permitiría un diálogo amplio incluyendo ambos tipos de aseguramiento.
El titular de Sanidad considera que “éste es un problema de todos y también de las farmacéuticas, que no pueden dejar de lado responsabilidad social”. Recuerda que las agencias de evaluación son las que realmente “aportan valor” en este debate específico de la hepatitis C u otros fármacos innovadores y, afirma, que siempre habrá una aceptable recomendación en torno a estos nuevos tratamientos.
El virus de la hepatitis C es una de las principales causas de enfermedad crónica hepática en el mundo y es responsable de alrededor de la mitad de las cirrosis hepáticas y de tres de cada cuatro cánceres de hígado en España. No obstante, la tendencia observada en los últimos años, tanto en el conjunto del país como en Asturias, es de una reducción paulatina pero importante de la infección, que debe atribuirse a la disminución o práctica eliminación del riesgo por trasfusiones sanguíneas y hemoderivados.