(dpa) – No hace falta irse al desierto para no tener red de telefonía móvil, ya que la ausencia de cobertura es un fenómeno bien conocido incluso en regiones muy habitadas. En medio del desierto al oeste de la ciudad casino de Las Vegas, sin embargo, se pueden enviar mensajes de texto.
Cuando no hay conexión terrestre o wifi disponible, el teléfono móvil del fabricante británico Bullitt se conecta a un satélite en órbita geoestacionaria. Bullitt Satellite Connect (BSC) es el nombre del sistema presentado en la feria tecnológica CES, que tuvo lugar en Las Vegas del 5 al 8 de enero.
El servicio por satélite de Bullitt estará disponible antes de que finalice el primer trimestre de 2023. Los británicos no se limitan a ofrecer el sistema para ser instalado en dispositivos como el Motorola Defy, orientado a la resistencia en actividades al aire libre.
El servicio se basa en un hardware desarrollado conjuntamente con el fabricante de chips Mediatek y en una aplicación llamada Bullitt Satellite Messenger. Todos los fabricantes de productos electrónicos pueden obtener la licencia e incorporar el sistema a sus modelos.
El hecho de que un smartphone pueda comunicarse con satélites Inmarsat a una distancia de 36.000 kilómetros se debe al chip Mediatek que lleva en su interior. Este transmite señales en las bandas L y S. Por el momento, es posible enviar SMS con 144 caracteres, así como realizar llamadas de emergencia por texto. Y no solo se pueden enviar mensajes, sino también recibirlos.
En pruebas realizadas en el desierto en un día despejado, el envío de mensajes de texto funciona con fiabilidad y tarda poco menos de 20 segundos. Según Bullitt, todo lo que se necesita es buena visibilidad. Si no hay contacto a través de la red móvil, la aplicación de mensajería se conecta al satélite. Los destinatarios reciben los SMS enviados vía satélite como mensajes normales en su aplicación de SMS y, una vez descargada la aplicación Bullitt, pueden responder.
¿Quién necesita algo así? El BSC no es un sistema para personas que viven en la ciudad. Sin embargo, es útil en excursiones lejos de las ciudades, de vacaciones, en viajes en velero, en la montaña o como aquí en el desierto, ya que permite mantenerse en contacto con amigos y familiares o, en el peor de los casos, pedir ayuda.
El fundador de Bullitt, Richard Walton, menciona otros escenarios, como el personal de rescate que depende de la conectividad o los millones de ciudadanos estadounidenses que se quedaron sin electricidad ni redes móviles durante días debido al último huracán en Florida.
Además, la conexión vía satélite puede ser una forma fácil de tapar huecos en la red y ahorrar en costosas infraestructuras, sobre todo para las zonas rurales. Si no hay torres de telefonía, la alternativa es el satélite. Y los SMS son solo el principio. En una entrevista, Walton mencionó objetivos ambiciosos. En dos años, por ejemplo, sería posible también realizar llamadas de voz y transmitir datos.
Bullitt no está sola con el servicio de SMS vía satélite. Apple permite que el actual iPhone 14 se comunique con los satélites Globalstar, pero de momento solo para llamadas de emergencia y servicios de localización. El fabricante de chips Qualcomm, uno de los mayores fabricantes de semiconductores del mundo, presentó en la CES el dispositivo Snapdragon Satellite y un servicio similar.
Con la segunda generación de chips de la plataforma Snapdragon 8, los fabricantes podrán integrar la conexión por satélite en sus móviles. Qualcomm utiliza para la transmisión la banda L del sistema de satélites Iridium en órbita terrestre baja y apuesta por tecnología de Garmin para las llamadas de emergencia. Además de los teléfonos inteligentes, también los portátiles, las tabletas, los coches y otros dispositivos conectados en red podrían transmitir a través de los satélites en el futuro.
Qualcomm mantiene un perfil bajo en cuanto a precios, ya que se considera a sí mismo un proveedor de tecnología y opina que lo que hagan los fabricantes con el hardware y la oferta de sus propios servicios es cosa suya.
Bullitt ya ha revelado más información. En función del número de mensajes mensuales, las suscripciones costarán entre aproximadamente 5 y 30 euros al mes. 250 mensajes al año cuestan algo menos de 60 euros. Los destinatarios no pagan nada, la respuesta por satélite también corre a cargo del abonado.
Por Till Simon Nagel (dpa)