(dpa) – Las calcificaciones en la arteria carótida muchas veces no se detectan durante mucho tiempo. Pero en el peor de los casos pueden llevar a un accidente cerebrovascular (ACV), según indica la Sociedad Alemana de Cirugía y Medicina Vascular (DGG, según sus siglas en alemán).
Por eso las personas mayores de 65 años con determinados factores de riesgo como presión alta, diabetes, enfermedades cardíacas o consumo de nicotina deberían someterse anualmente a un chequeo preventivo. Y no lo deberían postergar por miedo a un posible contagio con coronavirus en la sala de espera o la consulta, subraya la DGG.
Los estrechamientos muchas veces pasan desapercibidos
Imprevisible: El estrechamiento, llamado en medicina estenosis de la arteria carótida, muchas veces pasa desapercibido durante mucho tiempo. Los afectados en principio no sienten ninguna molestia, porque las otras arterias carótidas compensan una irrigación menor de la arteria afectada.
Según la DGG, una vez que se detecta el estrechamiento en la mayoría de los casos puede ser tratado con medicamentos, siempre y cuando aún no se hayan presentado síntomas. En ese caso, se espera y se controla regularmente.
Cóagulo con consecuencias peligrosas
Pero si en las calcificaciones se generan coágulos de sangre, estos se desprenden y obstruyen una y otra vez vasos sanguíneos en el cerebro, es un problema, porque eso puede llevar a trastornos neurológicos.
Por ejemplo, hormigueo en brazos o piernas de una mitad del cuerpo, parálisis, plegado de una pierna o trastornos visuales de un lado.
Si se juntan esos síntomas de una obstrucción en la irrigación del cerebro con un estrechamiento de la arteria carótida en ambos lados de más del 50 por ciento, las calcificaciones deberían ser eliminadas a través de una cirugía, según la DGG.
De acuerdo con la entidad, anualmente son hasta 30.000 las personas que sufren un ACV a causa de calcificaciones en la pared vascular de una arteria carótida estrechada.