El acuerdo firmado entre el Gobierno de Asturias y la red concertada marca un punto de inflexión. No se trata solo de medidas concretas, sino de restablecer una vía de negociación que llevaba más de tres lustros cerrada.

En clave asturiana, este gesto institucional reconoce —aunque sea parcialmente— que la red concertada también forma parte del mapa educativo.
Medidas con calendario largo y aplicación progresiva
El documento incluye compromisos en cinco frentes, todos con impacto diferido:
- Aumento de ratio docente en Infantil, aplicable desde el curso 2026–2027.
- Estudio para establecer dotaciones mínimas en PT y AL, sin fecha concreta.
- Digitalización del Documento de Organización de Centro (DOC) durante el próximo año.
- Subida salarial de 80 euros mensuales, repartida entre 2026 y 2027.
- Actualización de la paga extraordinaria de antigüedad y agilización de habilitaciones docentes.
Reconocimiento profesional, pero sin equiparación
El acuerdo incluye avances en acreditaciones y antigüedad, pero no aborda cuestiones sensibles como jubilaciones parciales, carga lectiva o condiciones del personal no docente. La concertada sigue siendo una red complementaria, no igualitaria.
Lectura política y ritmo institucional
La firma llega dos meses después del pacto Asturias Educa con la enseñanza pública. La nueva consejera, Eva Ledo, aparece como figura de consenso, capaz de desbloquear lo que llevaba años estancado. El ritmo es prudente: medidas con calendario largo, sin ruido mediático, y con una narrativa de avance sin triunfalismo.
- Lo que implica para el modelo asturiano
- Se abre una mesa que llevaba años cerrada.
- Se reconoce la diversidad de redes sin diluir el protagonismo de la pública.–
- Se pacta con patronales y sindicatos, pero sin euforia.
- Se deja margen para seguir negociando, sin cerrar el ciclo.
En Asturias, pactar con la concertada no es solo firmar un documento: es reconocer que hay una red que educa, que tiene voz, y que llevaba demasiado tiempo fuera del mapa. El reto ahora es que esa voz no vuelva a quedar silenciada.
El pacto no cierra nada: abre una mesa, marca un gesto, y deja claro que el modelo asturiano sigue en construcción.
