La consejera de Educación, Cultura y Deporte, Ana González, ha señalado hoy que la creación del consorcio garantiza la continuidad de la gestión pública de la red de escuelas de 0 a 3 años y la colaboración entre la Administración educativa y los ayuntamientos. “La red tiene que ser pública y creemos que el consorcio ofrece una fórmula de gestión positiva, porque nos permite seguir trabajando conjuntamente con los ayuntamientos, que tendrán una presencia significativa”, ha apuntado.
Ana González, que ha intervenido en el pleno de la Junta General del Principado, ha afirmado que los 508 técnicos en Educación Infantil que prestan servicios en estos centros se integrarán en el nuevo ente.
A su juicio, el consorcio favorecerá el acceso a las escuelas de primer ciclo de Educación Infantil en condiciones de igualdad y permitirá alcanzar una mayor implantación del servicio. En este sentido, ha recordado que fue un gobierno socialista el que puso en marcha la red pública de escuelas de 0 a 3 años a través del Plan de Ordenación de Escuelas de Primer Ciclo de Educación Infantil, aprobado por el Consejo de Gobierno el 25 de abril de 2002.
La consejera ha destacado la orientación educativa de esta etapa, que no se plantea como un mero recurso asistencial, y ha subrayado también su alto valor social. En la actualidad funcionan en Asturias 67 escuelas de Primer Ciclo de Educación Infantil en 38 concejos.
Decretos de Primer Ciclo de Educación Infantil
González ha informado de que el Gobierno autonómico está trabajando en la elaboración de dos decretos sobre la red de 0 a 3 años. Por un lado, el que regula la ordenación académica del primer ciclo de Educación Infantil y, por otro, el que establece los requisitos de organización y funcionamiento de los centros.
El objetivo del decreto que regula la ordenación académica es establecer los contenidos, orientaciones metodológicas y criterios para evaluar el progreso del alumnado en cada una de las áreas. Por su parte, la normativa para ordenar la organización de los centros pretende lograr entornos educativos de calidad, compensadores de las desigualdades personales, culturales y sociales, para proporcionar a los niños, en colaboración con sus familias, un proceso óptimo de desarrollo de su personalidad y capacidades.