Pekín, 16 abr (dpa) – Alemania y China se proponen intensificar en los próximos cinco años su diálogo sobre el uso más sostenible de determinados materiales, para lo cual firmaron hoy un plan de acción sobre economía circular.
Paralelamente a la visita a China del canciller Olaf Scholz, la ministra alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke, firmó el martes en Pekín un denominado plan de acción para un diálogo germano-chino sobre economía circular y eficiencia de los recursos. Por parte china, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reformas refrendó el documento.
Según el Ministerio alemán de Medio Ambiente, el plan prevé que Alemania y China intercambien información sobre el reciclaje y la mejor utilización de plásticos y metales a lo largo de toda la cadena de valor, entre otros.
Ambas partes quieren prestar especial atención a los sectores de los envases, la construcción, los vehículos y las baterías, que contribuyen de forma significativa a la producción económica de China.
«Los productos más duraderos y un mejor reciclado contribuyen a evitar los residuos, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero perjudiciales para el clima y proteger la naturaleza», declaró Lemke en un comunicado de prensa.
Ambos países también expresaron que quieren debatir la forma en que el Estado podría aplicar políticamente medidas de economía circular y prestar apoyo financiero. Uno de los temas citados es el etiquetado medioambiental o los criterios de ecodiseño, es decir, cómo se pueden diseñar los productos para que tengan un menor impacto en el medio ambiente.
El diálogo apenas está en sus inicios, aunque los dos países llevan intercambiando ideas desde 2003 a través del Foro Medioambiental Sino-Alemán. El plan de acción no obliga a ninguna de las partes a aportar dinero, personal o servicios y tampoco es jurídicamente vinculante.
Desde su apertura al resto del mundo a finales de la década de 1970, China ha logrado un considerable despegue económico. Cuestiones como la protección del medio ambiente se han dejado de lado durante mucho tiempo en favor de las altas tasas de crecimiento.
Sin embargo, con una población de unos 1.400 millones de habitantes, China es decisiva en el ámbito de la economía circular y el aprovechamiento de los recursos, ya que incluso los pequeños cambios pueden tener un impacto significativo dado el tamaño del país.
La parte alemana espera que China se fije objetivos medioambientales más ambiciosos para el uso del plástico, por ejemplo.