Múnich, 31 jul (dpa) – Alemania recordó hoy con una misa en la Frauenkirche (Catedral de Nuestra Señora) de Múnich a las víctimas del ataque del estudiante germano-iraní que asesinó la semana pasada en la capital bávara a nueve personas antes de suicidarse.
La ceremonia, a la que acudieron la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente federal, Joachim Gauck, junto con el ministro de Interior, Thomas de Maizière, y el primer ministro bávaro, Horst Seehofer, para acompañar a los familiares de las víctimas, fue conducida por el cardenal de Múnich y arzobispo, Reinhard Marx, así como por el obispo Heinrich Bedford-Strohm.
Debido a que siete de los muertos eran musulmanes, estuvo presente una representante del islam encargada de una oración. También miembros de otras iglesias cristianas y de la comunidad judía estuvieron presentes.
«Alá, te pedimos que nos ayudes a no perder nuestra humanidad», afirmó Dhari Hajer, del consejo de musulmanes de Múnich.
Todas las personas son hijos de Adán, independientemente de su nacionalidad, religión o color de piel, indicó al mismo tiempo que recordó el Corán: «Quien mate a una persona será como si matara a todas las personas». «Protege a esta bella ciudad y a sus habitantes, protege a Alemania», apeló a Alá.
Por su parte, el cardenal Marx señaló que lo que ahora se impone es la reconciliación, no la separación. Hay que tener en mente lo que nos une con independencia de la religión o el orígen, indicó. «Lo que nos une es que somos personas», agregó.
Para Bedford-Strohm, el ataque ha dejado claro la necesidad de contar con una nueva confianza en Dios. «Una confianza que nos lleve desde la parálisis a una libertad», afirmó. Asimismo, recordó la reacción de la gente ante el ataque y su disposición a ayudar a los demás. «Odio y violencia no se impondrán en nuestros corazones mientras la gente esté ahí para los demás», agregó.
Posteriormente, una vez concluido el acto religioso, la plana política se dirigió a un acto organizado en el Parlamento de Baviera, al que estaban invitados los familiares de las nueve víctimas.
«No nos obligarán a odiar como ellos odian. No nos mantendrán en el cautiverio del miedo. Seguiremos siendo como somos: una sociedad humana y solidaria», afirmó Gauck en el Parlamento bávaro, de acuerdo con un escrito proporcionado por la presidencia.
Gauck reconoció que no existe protección absoluta alguna contra los atacantes. «Sin embargo, una alianza de órganos del Estado y ciudadanos atentos y más activos sigue siendo el mejor seguro», declaró.
El 22 de julio, a alrededor de las seis de la tarde, el joven de 18 años abrió fuego en las inmediaciones de un restaurante de comida rápida situado frente al centro comercial Olympia de la capital bávara. Mató a nueve personas, en su mayoría jóvenes, para a continuación quitarse la vida delante la policía.