Aachen/Berlín, 30 dic (dpa) – Muchos en Alemania quieren festejar la Nochevieja con estallidos que se asemejan más a bombas que a petardos y con productos que son altamente peligrosos. Hace un año murieron dos jóvenes en Nochevieja debido a la fuerza de una explosión, aunque las autoridades no elaboraron estadísticas de los numerosos casos de heridas graves ocasionadas por estos artículos pirotécnicos.
Petardos de este tipo no están autorizados en Alemania. Muchos los compran de manera ilegal. El contrabando de estos productos está funcionando a toda marcha, principalmente en la zona occidental de la frontera con Polonia, según constatan la policía y Aduanas.
La policía aduanera de Berlín-Brandeburgo secuestra material casi a diario. Los coches de los contrabandistas están muchas veces cargados hasta el tope de petardos y cohetes de alto riesgo, a menudo sin embalaje para ahorrar espacio, comenta Claudia Bandelow, portavoz de Aduanas.
El riesgo es aún mayor si se considera que no se sabe cómo reacciona esta mercancía ante los roces y sacudidas durante el viaje. En muchos casos, la carga alcanzaría para hacer volar el coche entero por los aires.
Estos petardos son producidos principalmente en China, a veces también en Italia, y nadie sabe exactamente cuáles son sus componentes, explica Bandelow.
Los petardos legales tienen un número de identificación del Instituto Federal de Investigación y Prueba de materiales (BAM, por sus siglas en alemán), un número de registro, la marca CE (de conformidad europea) así como instrucciones de uso en alemán.
Por el contrario, los petardos ilegales son una verdadera caja de sorpresas: nadie sabe cómo están compuestos ni cómo reaccionan. «Algunos petardos pequeños que hemos encendido contenían también explosivos. El efecto es mucho más fuerte», señala Ulrike Rockland, portavoz del Instituto BAM.
Cohetes y petardos autorizados pueden llegar a provocar quemaduras leves. Pero los ilegales contienen limaduras de hierro en lugar de pólvora negra. «Entonces destrozan dedos completos o hasta toda una mano. Tiene el efecto de una granada», señala el profesor Raymund Horch, presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica.
Expertos del BAM efectuaron una demostración de cuán fácilmente se pueden perder uno o varios dedos encendiendo cohetes o petardos no autorizados. Si bien existe un control europeo estandarizado, las normas de seguridad legales varían de un país a otro. Por ello, el BAM aconseja adquirir los artificios sólo en Alemania y no ingresarlos de otros países.
La violación de la ley sobre explosivos puede ser penada con una privación de la libertad de hasta tres años.
Por Elke Silberer