Ansbach/Múnich/Berlín, 26 jul (dpa) – Tras el shock de haber sufrido un atentado suicida en una pequeña ciudad del sur del país, Alemania empieza a pensar en las consecuencias y muchos se preguntan si el Estado está suficientemente preparado para enfrentar este tipo de ataques.
¿Y qué consecuencias tendrán estos actos violentos a la hora de tratar con los refugiados?
Tras el ataque perpetrado en Ansbach, en el estado de Baviera, cuyo trasfondo terrorista parece más que probable, se avecinan fuertes medidas de seguridad y posibles consecuencias en la política de asilo de refugiados.
Horst Seehofer, el primer ministro de Baviera, la región que estos días se ha visto más sacudida por los ataques, anunció un mayor refuerzo de las fuerzas policiales. «Habrá un aumento significativo de personal», declaró al diario «Münchner Merkur» el martes.
En este estado federado todavía reina la conmoción por lo ocurrido la última semana. Además de este ataque suicida con sello posiblemente yihadista, en los últimos siete días han vivido un tiroteo que se cobró la vida de 10 personas, entre ellas la del agresor, y un ataque con un hacha en un tren regional que dejó cinco heridos.
En medio del estupor, son varias las voces que piden mayores medidas de seguridad. Desde el estado de Baden-Württemberg, el ministro del Interior regional, Thomas Strobl, exige mayores comprobaciones de los refugiados.
Debería haber un registro de todas las personas que buscan protección en Alemania «tan rápido como fuese posible», dijo el político al grupo mediático alemán Funke.
En su opinión, debido a que se registra un gran incremento de la cifra de migrantes en el país, también aumenta como consecuencia el número de delitos que estas personas cometen. «Esto no significa que haya que sospechar de los refugiados de forma generalizada», explica.
También las autoridades bávaras exigen un mayor control de los peticionarios de asilo que entran en el país. «Tenemos que saber quién está en el país», recalcó Seehofer.
El autor del ataque suicida cometido en la noche del domingo provenía de Siria. Perdió la vida como consecuencia de la detonación de la bomba que llevaba en su mochila y que él mismo activó. La Fiscalía General alemana se ha hecho cargo de las investigaciones al existir la sospecha de que puede haber un trasfondo terrorista en el acto.
A estas alturas, el ministerio público comprueba si este joven de 27 años era realmente un soldado del Estado Islámico (EI), como aseguraba en un vídeo que fue encontrado por la policía en el móvil del suicida.
La agencia Amaq, vinculada a la milicia terrorista, difundió anoche la grabación en la que presumiblemente aparece el joven que detonó los explosivos en Ansbach. Las imágenes muestran a una persona con un pañuelo negro alrededor de la cabeza, de manera que sólo se le pueden ver los ojos.
La autenticidad de las imágenes aún está siendo analizada.
La persona, que según la descripción que acompaña al video es el joven sirio que se inmoló con una bomba en un festival de música en la ciudad alemana de Ansbach, jura en el video lealtad al líder del EI, Abu Bakr Al Bagdadi, y señala que el ataque que perpetrará se justifica por los de la coalición internacional contra los musulmanes.
Mientras tanto, desde el partido de Angela Merkel hay voces que exigen mayor eficacia a la hora de ejecutar expulsiones de migrantes cuya petición de asilo ha sido rechazada.
Desde la Organización Pro Asyl, que ayuda a los refugiados, alertan en cambio del peligro de tomar medidas precipitadas.
«La mezcla peligrosa entre suicidio, ataque de locura con trasfondo terrorista, la reclamación de autoría por parte del EI y el terrorismo islámico en su más pura esencia, todo eso debe ser urgentemente analizado a fondo», dijo el vicedirector de esta plataforma, Bernd Mesovic, en declaraciones al diario «Neuen Osnabrücker Zeitung».
Por su parte, el ministro del Interior de Alemania, Thomas de Maiziére, volvió a solicitar de nuevo mesura y no poner a los refugiados bajo sospecha generalizada. «Nosotros sabemos que los refugiados no son ni santos ni delicuentes», declaró en la televisión pública ZDF.
Es por eso que recomienda a los ciudadanos y a los refugiados que se traten de forma amigable, que sean sociables y que confíen unos en otros sin caer en la ingenuidad. «No puedo asumir que nuestra gente, en Alemania, esté llena de miedo», sentencia.