Wiesbaden (Alemania), 30 abr (dpa) – Alemania creció un 0,2 por ciento en el primer trimestre de 2024, lo que alimenta las esperanzas de una recuperación de la economía germana tras el bache de 2023, según una primera estimación de hoy de la Oficina Federal de Estadística.
En lugar de la tan temida nueva desaceleración, la producción económica tuvo un crecimiento mínimo frente a los tres últimos meses del año pasado.
Las últimas encuestas de coyuntura también indican que la confianza está mejorando, si bien los economistas creen que la mayor economía de Europa no dará un gran salto en su producto interior bruto (PIB) en 2024. El debilitamiento del comercio mundial está frenando a Alemania como nación exportadora, al igual que el retraso de las inversiones en el país.
A finales de 2023, el PIB había caído un 0,5 por ciento en comparación con el trimestre anterior, ajustado de precios, calendario y efectos estacionales, según las cifras revisadas.
En el conjunto de 2023, Alemania entró en una ligera recesión con un descenso del PIB del 0,2 por ciento ajustado.
La economía del país, orientada a la exportación, sintió los efectos de la ralentización de la economía mundial, así como los precios temporalmente altos de la energía y la rápida subida de los tipos de interés. También escasea la mano de obra cualificada y las empresas se quejan de la excesiva burocracia.
Según la Oficina Federal de Estadística, el mínimo crecimiento de los tres primeros meses se debió al aumento de la inversión en construcción y de las exportaciones. En cambio, el consumo privado disminuyó.
El clima de la economía alemana siguió mejorando en abril. El índice Ifo de clima empresarial, para el que se encuesta periódicamente a unas 9.000 empresas, subió por tercer mes consecutivo.
El Gobierno alemán elevó ligeramente sus previsiones económicas y espera ahora un crecimiento del 0,3 por ciento para el año en curso, frente al 0,2 por ciento anterior.
El ministro de Economía, Robert Habeck, admitió que no se trata de un crecimiento «para estar satisfechos», pero añadió que se han producido algunos avances positivos.
En un acto celebrado el lunes por la tarde en Kassel, Habeck se pronunció a favor de un programa «a corto plazo» y «masivo» de desgravaciones fiscales para la economía. Para financiarlo, el político del partido Los Verdes abogó por una reforma del llamado freno de la deuda, el tope de endeudamiento anclado en la legislación alemana.
Sin embargo, actualmente no hay mayorías políticas a favor de ello, ni siquiera en la coalición del Gobierno, en la que el liberal FDP rechaza con vehemencia cualquier cambio en el límite de nuevo endeudamiento consagrado en la Ley Fundamental alemana desde 2009.
«El reciente aumento de los ingresos reales está revitalizando el consumo», afirmó por su parte Patrick Höppner, del Instituto Ifo. «Se espera que los sectores relacionados con el consumo sean un pilar de la economía general en 2024».
«El ciclo ha empezado a mejorar», señaló a su vez Carsten Brzeski, economista jefe de ING.
En términos similares se manifestó el Instituto de Investigación Económica (DIW), que indicó que la economía alemana muestra signos de recuperación con una menor inflación, un aumento de los ingresos disponibles y un primer recorte de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo que ya se vislumbra en el horizonte.
Geraldine Dany-Knedlik, jefa del departamento de perspectivas y política económica del DIW, dijo que «la economía debería estabilizarse en los próximos meses».
Dany-Knedlik añadió que la situación mejoró notablemente en el sector servicios en particular, frente a un ambiente más sombrío en la industria. «Aunque la producción industrial aumentó en todos los grupos de productos en enero y febrero tras un año flojo en 2023, aún está lejos de compensar las pérdidas de los últimos años», informó el DIW.
Por eso, a pesar de la creciente confianza, el economista jefe de Commerzbank, Jörg Krämer, sigue esperando «solo una recuperación moderada» en el año en curso, «también porque la calidad de la situación lleva muchos años erosionándose y el Gobierno alemán no ha tomado contramedidas decisivas».
Ulrich Kater, economista jefe de Dekabank, subrayó respecto a las prudentes previsiones económicas: «Sin reformas que fomenten el crecimiento, (…) tendremos que acostumbrarnos a cifras tan bajas».
Los principales institutos de investigación económica creen que Alemania solo registrará un crecimiento del 0,1 por ciento en 2024 en su conjunto. Aunque esperan que se inicie una recuperación económica en la primavera europea, el impulso no será demasiado fuerte. China seguirá fracasando como motor de crecimiento en los mercados mundiales, mientras que el aumento previsto de las quiebras de empresas podría lastrar el mercado laboral nacional.