Wiesbaden (Alemania), 14 ene (dpa) – Alemania creció un 1,7 por ciento en 2015, gracias a la fuerza de la demanda interna y pese a las tensiones internacionales, según la primera estimación publicada hoy por la Oficina Federal de Estadísticas (Destatis).
Esta subida del producto interno bruto alemán (PIB) es superior a la registrada en 2014 cuando la economía alemana aumentó un 1,6 por ciento o a la de 2013 cuando registró un incremento de un 0,3 por ciento y se mantiene en línea con lo esperado por los analistas.
«El motor más importante fue el consumo», aseguró el presidente de Destatis, Dieter Sarreither. El gasto privado y público fueron casi los únicos responsables del auge de la economía alemana, que antes dependía en gran medida del comercio exterior, explicó.
Alemania creció así por segundo año consecutivo por encima de la media de los últimos diez años (1,3 por ciento) gracias a la predisposición de los consumidores alemanes a gastar más dinero, debido a que los bajos tipos de interés apenas les reportan beneficio alguno a sus ahorros en el banco, y a los bajos precios de la energía que proporcionaron un dinero extra a los hogares. El consumo privado aumentó en 2015 un 1,9 por ciento.
A esto hay que sumar una menor preocupación por perder el trabajo. La situación del mercado laboral continúa en niveles muy favorables. En diciembre se registraron 2,681 millones de personas sin trabajo, el nivel más bajo de los últimos 24 años para ese mes.
«Es el mayor nivel (de empleo) desde la reunificación alemana», recordó el presidente de Destatis.
Asimismo, el Estado alemán cerró 2015 con un superávit presupuestario del 0,5 por ciento de su PIB, tras el 0,3 por ciento de 2014 y tras el déficit del 0,1 por ciento en 2013. De esta manera Alemania se sitúa lejos del déficit máximo del tres por ciento del PIB fijado por el Tratado europeo de Maastricht.
El consumo estatal contribuyó en gran medida al fuerte crecimiento del país debido, entre otras cosas, al gran gasto que supuso hacer frente al alojamiento e integración de los 1,1 millones de refugiados que llegaron en 2015.
Muchos economistas ven en la llegada de personas de Siria, Irak o Afganistán una oportunidad para fomentar la coyuntura económica, también de cara al 2016.
El consumo, tanto estatal como privado, seguirá siendo este año el principal apoyo de la economía alemana. Se espera que los bajos precios del petróleo y la debilidad del euro impulsen también las exportaciones.
Así, en la economía alemana reina el optimismo de cara a este año, a pesar de la crisis de los refugiados, el peligro de atentados terroristas y la debilidad económica de China. Muchos pronósticos hablan de un crecimiento al menos igual al alcanzado en 2015 o incluso de un 1,8 por ciento. «Estos pronósticos son compatibles con los datos de los expertos de estadística», aseguró Sarreither.