Múnich, 30 dic (dpa) – Las autoridades de algunas regiones alemanas alertaron a los refugiados de la costumbre local de detonar petardos, cohetes y otros fuegos de artificio para celebrar el final del año.
En los estados federados de Hesse, Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia estará prohibido el uso de artefactos pirotécnicos en las inmediaciones de las residencias de refugiados.
Por una parte, se trata de impedir incendios y otros accidentes. Por otra, las autoridades quieren evitar posibles daños psicológicos a los refugiados que han pasado por experiencias extremas de guerra.
El profesor Markus Burgmer, del centro de traumas en la clínica universitaria de Münster, cree que «estos sonidos pueden provocar recuerdos o imágenes de situación angustiosas o aterradoras en el pasado, con el miedo y el estrés consiguientes».
«Para alguien que viene de un lugar en guerra, las explosiones se pueden asociar con la destrucción causa por bombas o disparos, en lugar de con una ocasión festiva», dijo el político regional de Renania del Norte-Westfalia Christoph Soebbeler.
En la localidad de Reichenberg, en Baviera, el ayuntamiento organizó una prueba con cohetes para que los refugiados, muchos de ellos venidos de regiones devastadas por la guerra, se familiaricen con la tradición de los petardos de Año Nuevo.
En la localidad de Mannheim, la policía distribuyó folletos en árabe para informar a los refugiados de esta tradición anual alemana.
Los fuegos artificiales no son una manera tradicional de celebrar el año nuevo en muchos países musulmanes, en mucho de los cuales solo se celebra el año nuevo del calendario lunar. Este año comenzó, de acuerdo con esta medición, el pasado 14 de octubre.