Nueva York, 6 jun (dpa) – Alemania, uno de los mayores contribuyentes al sistema de las Naciones Unidas (ONU), aspira a entrar el próximo viernes como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU para el período 2019/2020 y las perspectivas que tiene la primera potencia europea para ocupar uno de los 15 asientos son excelentes.
Para los dos asientos que corresponden al grupo «Europa Occidental y otros países» solo han presentado su candidatura Bélgica y Alemania, después de que Israel reiterara su postulación, por lo que su elección se da prácticamente por descontada. Sudáfrica, Indonesia, las Maldivas y la República Dominicana se disputan los demás asientos.
Alemania ya fue en cinco ocasiones miembro no permanente del principal órgano decisorio de la ONU, en el que los cinco miembros permanentes tienen derecho de veto. El Consejo de Seguridad es el único gremio que puede aprobar resoluciones legalmente vinculantes, por ejemplo, la imposición de sanciones o el envío de «cascos azules» a regiones en crisis.
Actualmente son miembros no permanentes Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Kuwait, Polonia y Perú, cuyos mandatos se agotan a finales de 2019, así como Bolivia, Etiopía, Kazajistán, Holanda y Suecia, que abandonarán el Consejo de Seguridad a finales de este año. Cada año son elegidos cinco países para un mandato de dos años.
El embajador alemán ante la ONU, Christoph Heusgen, explicó en una entrevista concedida a dpa que en caso de ser elegida por la Asamblea General, de 193 miembros, Alemania pretende reforzar sobre todo el papel del Consejo de Seguridad en materia de prevención de crisis.
«El Consejo de Seguridad ya debería intervenir en una fase temprana, antes de que estalle una crisis, a modo de prevención», señaló el diplomático alemán. En el seno del Consejo de Seguridad, aseguró, esta propuesta ya cuenta con un amplio apoyo. La agenda alemana también incluye la lucha contra el cambio climático, la defensa de los derechos humanos en el mundo y el problema de la escasez de agua.
Además, Alemania quiere «contribuir a que se respeten los principios básicos de la Carta de las Naciones Unidas y de la Carta Internacional de Derechos Humanos», subrayó Heusgen, de 63 años, quien todavía no cumple un año como embajador alemán ante la ONU.