Stuttgart (Alemania), 13 ene (dpa) – Un paseo por el centro histórico de Estambul se convirtió el martes en una pesadilla para un grupo de turistas alemanes, que fueron blanco de un ataque suicida que costó la vida a diez de ellos.
Pocos días antes, dos jóvenes atacaron e hirieron a turistas en el balneario egipcio de Hurghada, un destino favorito de los noreuropeos hambrientos de sol y de los alemanes, que figuran entre los más viajeros del planeta y que reaccionan con rapidez, evitando los destinos golpeados por el terrorismo.
«El terrorismo apunta directamente a los turistas. Esta es una nueva dimensión», sostiene Martin Lohmann, del Instituto de Investigación de Turismo y Balnearios.
Cinco años después del estallido de las protestas antigubernamentales de la «primavera árabe», las regiones del sur y el este del Mediterráneo no encuentran sosiego.
En el ramo turístico alemán se habla de «inseguridad». La revista del sector alemán FVW indicó en su edición de diciembre que el panorama del turismo alemán es menos halagüeño para la región que en 2015. Constata que los destinos del este del Mediterráneo registran muchas menos reservas que España o Portugal.
Turquía fue en los últimos años un imán para los vacacionistas germanos y uno de los principales destinos entre los países del Mediterráneo. El número de turistas alemanes que viajan al país ha ido en aumento desde 2012 para alcanzar los 5,5 millones el año pasado.
Turquía se convirtió en el tercer país más visitado por los alemanes después de España e Italia. Sin embargo, tras el trágico comienzo de año no está claro si la tendencia se mantendrá. En esta época se efectúan las reservas para el verano.
El ministerio alemán de Relaciones Exteriores emitió el martes una recomendación pero no una advertencia de viaje. Las autoridades llamaron a quienes viajen a Estambul y a otras grandes ciudades turcas a evitar las aglomeraciones también en plazas públicas y en atracciones turísticas.
Más del 95 por ciento del turismo en Turquía se concentra en las plazas del oeste del país, señaló un portavoz del mayor operador turístico alemán, Tui.
Agregó que si bien Estambul ha sido con frecuencia blanco de ataques, Turquía ha evolucionado de forma favorable como destino de viajes de alemanes. El vocero declinó predecir cómo reaccionarán los turistas tras el ataque del martes.
Túnez es un ejemplo de la rapidez con que los turistas alemanes pueden dar la espalda a un país. El Estado norteafricano, uno de los principales destinos de los germanos, dejó de serlo tras la «primavera árabe».
Poco después, Túnez se recuperó como destino pero tras los ataques al museo del Bardo en la capital y a turistas en la playa del balneario de Sousse, la afluencia de turistas germanos volvió a caer el año pasado.
La Federación Alemana de Viajes (DRV) calcula que la cifra de viajes a Túnez se redujo en 2015 en más de un diez por ciento y eso pese a que el ministerio del Exterior alemán no emitió una advertencia.
También Egipto se repuso de la merma de flujo turístico tras las manifestaciones de la «primavera árabe». Los viajes contratados por alemanes aumentaron más del diez por ciento el año pasado pese a la caída del avión ruso en la península de Sinaí, al parecer por un atentado explosivo.
El portavoz de Tui tampoco quiso aventurar la reacción de los turistas tras el atentado al hotel en Hurghada. De tener efecto, las consecuencias serían devastadoras para Egipto. Más del 90 por ciento de los turistas alemanes que viajan al país lo hacen para disfrutar del sol en las playas a orillas del mar Rojo, indicó un portavoz de DRV.
Marruecos se benefició de la inseguridad que reina en otros países del Magreb. El número de turistas alemanes se más que duplicó de 2012 a 2014. El año pasado, la DRV constató un aumento de diez por ciento.
Los alemanes continuarán viajando y prueba de ello son los crecientes gastos para viajes registrados en los últimos años. Sin embargo, en el ramo turístico están seguros de que las corrientes de viajeros se desplazarán este año más hacia el oeste del Mediterráneo.
De la inseguridad en los países árabes y en Turquía se beneficiará probablemente España así como el país preferido de los turistas germanos: la propia Alemania.
Por Annika Grah