“La reforma fiscal va a beneficiar a más de medio millón de asturianos que, desde el 1 de enero de 2015 van a tener directamente más dinero en sus bolsillos”. Así se ha pronunciado la diputada del Partido Popular por Asturias Ángeles Fernández-Ahúja, tras cerrarse hoy su tramitación en el Congreso de los Diputados.
Fernández-Ahúja considera que esta reforma del IRPF, junto a los beneficios fiscales logrados por el PP de Asturias en el acuerdo presupuestario regional para el próximo año, van a suponer “un importante incentivo” para la economía de las familias asturianas.
“Las medidas adoptadas por el Gobierno del Partido Popular han dado sus frutos y la economía española está creciendo, por lo que ha llegado el momento de devolver a todos los ciudadanos el esfuerzo que hicieron”, afirma la diputada nacional.
La reforma del IRPF favorece la equidad mediante una rebaja de la tributación, principalmente de las rentas medias y bajas:
· Reducción del número de tramos de los siete actuales a cinco. El tipo mínimo baja del 24,75% actual al 20% en 2015 y al 19% en 2016, mientras que el tipo máximo se reduce del 52% al 47% en 2015 y del 45% en 2016, el mismo tipo que existía en 2011. Los tipos son más reducidos, con una rebaja media del 12,5%, pero manteniendo la progresividad del tributo.
· A finales de 2016, el tipo más bajo será 5 puntos menos que en 2011 (19% frente al 24%), y el tipo más alto será igual (45%).
· Las rentas del trabajo inferiores a 12.000 euros no tributarán, lo cual beneficia a un conjunto de 1,6 millones de trabajadores, de los cuales 750.000 no tendrán ni siquiera que presentar la declaración, ya que no soportarán retenciones del IRPF durante el ejercicio.
· El 72% de los contribuyentes, aquellos que tienen rentas inferiores a 24.000€, tendrán una rebaja del 23.47% en estos dos próximos años.
· 20 millones de contribuyentes que van a tener más dinero desde enero de 2015; de ellos 524.000 son asturianos, por ejemplo, una familia tipo española con dos hijos e ingresos de 25.000€ dispondrá de 500€ más para su cesta de la compra.
La reforma fiscal, además de bajar impuestos, es una reforma justa, equitativa y social que va a contribuir al crecimiento económico y a la creación de empleo.
La preocupación del Gobierno por la familia y por los más vulnerables se plasma en las siguientes medidas:
· Incremento de los mínimos familiares, siendo el mayor incremento el correspondiente al segundo descendiente del 32,35%. Igualmente se incrementan los mínimos por ascendientes y por discapacidad.
· Mantenimiento de las ayudas ya existentes para las madres trabajadoras de 1.200 euros anuales.
· Creación de nuevos beneficios sociales para las familias numerosas y las personas con discapacidad que tendrán el carácter de “impuestos negativos” y que serán compatibles con la ayuda para madres trabajadoras.
· El importe por cada categoría será de 1.200 euros anuales acumulables en cada una de las situaciones familiares, lo que supondrá un alivio para las cargas personales y familiares.
Las familias van a tener 9.000 millones de euros más para gastar en los dos próximos años; esto, unido a las mejores expectativas, animará a las empresas a invertir y crear empleo; alimentando así un círculo virtuoso que multiplicará los beneficios de la reforma fiscal. Se estima que la reforma fiscal contribuirá a que el PIB aumente un 0.55% adicional hasta 2016.
La reforma también va a beneficiar a los autónomos: 550.000 profesionales van a disponer de 300 euros más en los próximos 6 meses. Para favorecer la competitividad, desde julio se bajan las retenciones de este colectivo:
· Con carácter general, reducción del tipo de retención del 21% al 19% en 2015 y al 18% en 2016.
· Para aquellos autónomos profesionales con rentas inferiores a 12.000 euros la bajada de retenciones irá del 21% al 15%.
La reforma fiscal favorece al pequeño y mediano ahorrador, reduciendo su tributación e introduciendo progresividad en el tramo superior.
· Reducción de la escala impositiva del ahorro, con bajada de los tipos del 21% al 20% en 2015 y al 19% en 2016, para los rendimientos entre 6.000 y 50.000 pasan del 25% y 27% al 22% en 2015 y al 21% en 2016 y para los rendimientos superiores a 50.000 euros pasan del 27% al 24% en 2015 y al 23% en 2016.
· Creación de los Planes “Ahorro 5”. Estos planes podrán adoptar la forma de cuenta bancaria o seguro, siempre que garanticen la restitución de al menos el 85% de la inversión, disfrutando los rendimientos generados de una exención si la inversión se mantiene un mínimo de 5 años. La inversión anual máxima será de 5.000 euros.
Y también cuida a las pymes, generadoras en España de dos tercios del empleo total; con una reforma del Impuesto sobre sociedades orientada a la mejora de la competitividad de la empresa española, así como para facilitar su crecimiento para la creación de nuevos empleos.
· Se reduce el tipo impositivo desde el 30% al 28% en el año 2015 y al 25% en el año 2016, acercando el tipo de las empresas españolas a las de los países más competitivos, excepto las entidades financieras que seguirán tributando al 30%.
· Mantiene el tipo reducido del 15% incluido en la Ley de Emprendedores para las empresas de nueva creación
· y el régimen especial de reducida dimensión al tipo del 25%, que puede llegar al 20.25% si se aplican “reservas de nivelación” y de capitalización cuyo objetivo son tener empresas más sólidas y menos dependientes de la financiación exterior.
· La eliminación de algunas deducciones permitirá que el tipo efectivo pagado por las grandes empresas se acerque al nominal, incrementando la equidad del impuesto de sociedades.
El último aspecto importante de la reforma fiscal es la lucha contra el fraude; se completan las medidas de la Ley antifraude aprobada en el año 2012, de forma que con esta reforma fiscal “vamos a pagar menos, pero vamos a pagar todos”. Las principales medidas son:
· Publicación de una lista de morosos con la Hacienda Pública, que incluirá a aquellos contribuyentes con deudas en periodo ejecutivo por importe superior a 1 millón de euros.
· Publicación anual de paraísos fiscales.
· Mejoras en el procedimiento inspector, especialmente la introducción de nuevos plazos y la suspensión del mismo en casos tasados.
· Posibilidad de practicar una liquidación administrativa en casos en los que existan indicios de fraude fiscal.
· Exigibilidad de una mayor concreción en el régimen de estimación indirecta y limitación del régimen de módulos.
· Imprescriptibilidad del derecho de la Administración a comprobar créditos fiscales de ejercicios prescritos.
Hay más dinero para todos, personas y empresas, y no se sube ningún impuesto y se hace porque ahora se puede, porque la propia dinámica de la economía permitirá seguir reduciendo el déficit al tener más ingresos (derivados de la mayor actividad) y menos gastos (p.ej. al aumentar el empleo).
La reforma se hace gradualmente (años 2015 y 2016), es consistente, garantiza la estabilidad en el sostenimiento de los servicios públicos y, tiene vocación de continuar en el tiempo: el objetivo es mantener una presión fiscal constante entre el 38% y el 39% del PIB, de forma que si se supera ese umbral vuelvan a bajarse impuestos.