Con el cierre de cabeceras tan históricas como Tiempo, Interviú queda patente que la comunicación está dando un salto al que habrá que adaptarse si se quiere sobrevivir.
Ya no se trata solo de papel o versión digital, sino de en qué idioma se lee la información y se llega a los clientes y lectores.
Desde la llegada de las redes sociales y de la comunicación a través de internet, los mercados dejaron de tener fronteras cerradas en este sector y las políticas de comunicación de medios y empresas pasaron a darse cuenta de la necesidad de abrirse a nuevos mercados.
Gran parte de este cambio viene de la mano de la globalización y de la necesidad de acudir a fuentes no solo nacionales sino internacionales.
“Es vital para periodistas de medios o de agencias contar con un idioma extra que les ayude a manejarse en el entorno internacional. Sin ello, será complicado que puedan acudir a fuentes oficiales, que publican en inglés o francés, o incluso crear contenido de una manera correcta para conseguir la fidelización de clientes y lectores” comentan desde ASTEX, empresa especializada en ofrecer cursos especializados de idiomas.
La forma en la que actualmente se interactúa en la red ha hecho que la forma de entender el periodismo, el marketing y la comunicación pase de un entorno localizado a un gran escaparate global plurilingüe.
Para 2018 los deberes de medios y corporaciones pasan por la creación de contenidos especializados del interés de sus lectores o clientes, pero también por la creación de campañas online de marketing, la creación de blogs corporativos o incluso las versiones bilingües de los contenidos.
“Actualmente trabajamos con empresas del sector tan importantes como Omnicom Media Group, Magna Global, Grupo WPP, cuya clave de éxito pasa por la formación de sus trabajadores en idiomas a través de cursos hechos casi a medida para que cumplan su cometido. Estamos en un mundo global y más en términos de información y comunicación. Negar el acceso en idiomas a las fuentes es un error que cada vez se paga más caro” concluyen desde ASTEX.
Basta con ver cómo las compañías, cada vez más, tienen trabajadores y proveedores que se conectan en remoto desde cualquier rincón del mundo. Apostar por que la comunicación en inglés sea fluida entre ellos es vital para conseguir los objetivos.