Adrián Barbón, presidente del Gobierno de Asturias, ha dicho hoy jueves que “nadie está obligado a usar las lenguas propias”, y además ha pedido reflexión y valentía a los grupos parlamentarios para abordar la reforma del artículo 4 del Estatuto de Autonomía y hacer oficiales las lenguas propias de la comunidad: el asturiano y el eonaviego.
Adrián Barbón, ha convocado esta mañana a los portavoces de los grupos parlamentarios: Dolores Carcedo (PSOE), Álvaro Queipo (PP) y Convocatoria por Asturies-IU-Más País-IAS, Xabel Vegas, así como a los miembros del grupo mixto, Covadonga Tomé y Adrián Pumares, junto con el presidente de la Academia de la Llingua Asturiana (ALLA), Xosé Antón González Riaño, para afrontar este debate, que el Gobierno de Asturias llevará también a la Junta General.
El Ejecutivo ha asumido la propuesta planteada en el encuentro por la ALLA, que establece un horizonte de ocho años para desplegar la oficialidad. Asimismo, el exhaustivo informe presentado por González Riaño estima un retorno a la sociedad cercano al 4% del Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad. Por contra, el documento refleja que el coste para la Administración autonómica rondaría los 25 millones anuales, solo 14 más de lo que se invierte ahora anualmente en políticas de normalización llingüística.
“La aplicación de la oficialidad se tiene que definir con consenso. Hay muchos modelos y Asturias construirá el suyo propio, en el que nadie está obligado a usar el asturiano o el eonaviego”, ha garantizado el presidente en una rueda de prensa.
Tras la reunión, que según ha explicado Barbón se ha celebrado en un clima «conciliador y constructivo», el presidente ha emplazado a los grupos parlamentarios a que fijen su posición y planteen sus aportaciones hasta el próximo 11 de junio. Además, el jefe del Ejecutivo se ha comprometido «a llegar hasta el final en este proceso», lo que implica la presentación de una proposición de ley en la Junta General para modificar el artículo 4 del Estatuto de Autonomía.
“La oficialidad es la única forma de mantener las lenguas propias. Si Santa María del Naranco estuviera en peligro se invertiría lo que hiciese falta, porque es un patrimonio milenario, al igual que lo son el asturiano y el eonaviego”, ha afirmado.