Madrid, 27 sep (dpa) – No es normal que Barcelona y Real Madrid caigan en una misma noche, y menos por motivos muy parecidos como pueden ser la actitud, clamorosos errores individuales, el pobre papel de los suplentes, defensas livianas o la falta de soluciones tácticas.
Los hinchas de ambos equipos se enredaron hoy en un debate intangible: ¿fue peor perder ante el colista o recibir tres goles? Más allá de discusiones quiméricas, lo que quedó fue una jornada desapacible para ambos equipos y la admisión de que ambos tienen un problema. O varios.
El Barcelona se agarró al pragmatismo la pasada temporada para conquistar el título de la Liga española y los resultados sostuvieron su juego desigual y a menudo criticado. Pero si en la pasada campaña tuvo que esperar a la penúltima jornada para sumar su primera y única derrota -por 5-4 ante el Levante-, en la nueva edición del torneo apenas llegó a la sexta fecha.
El miércoles cayó por 2-1 ante un Leganés que apenas había sumado un punto en cinco partidos. Fue después de adelantarse en los primeros minutos con un gol de Coutinho y apenas tres días más tarde de ceder en casa un impensado empate 2-2 ante el Girona, otro conjunto modesto.
El conjunto de Ernesto Valverde lleva siete goles recibidos en seis partidos cuando la pasada temporada tuvo que esperar 18 encuentros hasta acumular idéntica cifra.
Todos los analistas coinciden en señalar cómo el equipo se desintegró en Leganés por falta de actitud y concentración. «Sport» habló de «caída libre de un equipo al que se le fundieron los plomos como nunca le había sucedido con Valverde».
Dos nombres propios aparecen señalados: Gerard Piqué, cuyos errores costaron goles ante Girona y Leganés, más el propio Valverde, a quien se le exigen soluciones inmediatas.
Mientras, los suplentes y nuevos fichajes del Barcelona -Arturo Vidal, Arthur, Clément Lenglet y Malcom- siguen sin contar apenas para el entrenador azulgrana, quien siempre acaba por recurrir a los clásicos. Ante el Leganés reservó a Luis Suárez y Jordi Alba y puso a ambos en la segunda parte, aunque infructuosamente.
El caso del Real Madrid también es muy llamativo y hay una dato que dejó de ser anécdota y que habla de su mentalización: en los últimos tres años sumó otras tantas derrotas en el partido posterior a la gala de entrega de los premios «The Best».
Ante el Sevilla perdió 3-0 después de obrar un desastre en la primera parte, cuando recibió todos los goles. Y eso que jugó con el equipo supuestamente más titular, a excepción del lesionado Dani Carvajal.
El nuevo entrenador del Real Madrid, Julen Lopetegui, tiene un problema: no pudo ganar los tres partidos más exigentes jugados fuera de casa, con rivales como Atlético de Madrid en la Supercopa de Europa, más Athletic y Sevilla en la Liga española. Y el sábado se mide precisamente al máximo rival de la ciudad en un clásico sin margen de error.
Es notorio comprobar cómo las críticas se centran en la retaguardia del Real Madrid y precisamente en los tres defensas que entraron en el once ideal de la FIFA: Sergio Ramos, Raphael Varane y Marcelo. El momento de forma de los tres, y particularmente de Marcelo, es como poco cuestionable.
Lopetegui tampoco encontró soluciones en el banquillo -participación testimonial en Sevilla de Lucas Vázquez, Mariano y Dani Ceballos- y muchos no se creen que el equipo que cayó estrepitosamente en el Sánchez Pizjuán fuera el mismo que una semana antes levantó infinidad de elogios por su victoria 3-0 ante la Roma.
Ya el sábado ante el Espanyol los blancos sufrieron una enormidad para ganar en casa 1-0 y en Sevilla ofrecieron simplemente su peor actuación del curso mientras se señala a futbolistas como Karim Benzema, Marco Asensio o el propio Luka Modric, elegido como el mejor jugador del mundo esta semana, por sus bajas prestaciones.
«Leganés y Sevilla desnudaron a Barça y Madrid en una noche trepidante que hizo feliz al Atlético», razonó hoy el diario «As».
Porque, efectivamente, el equipo de Diego Simeone se puso a dos puntos de los líderes y el sábado amenaza a los blancos mientras recuerda una estadística: encadena cinco visitas al Santiago Bernabéu sin perder en Liga.
Por ALberto Bravo (dpa)