Washington, 25 jul (dpa) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, buscaron hoy dar señales de distensión al inicio de su encuentro en Washington en medio de la disputa comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Trump se mostró optimista al inicio de la reunión, aunque al mismo tiempo insistió en su demanda de que debe haber condiciones comerciales justas entre las dos partes.
El presidente estadounidense expresó la esperanza de que durante su encuentro con Juncker pase algo «muy positivo». Al presidente del Ejecutivo europeo lo calificó como un hombre «inteligente» y «tenaz».
Juncker dijo que la UE y Estados Unidos son socios y aliados, no enemigos, y subrayó la necesidad de que las dos partes cooperen y hablen entre ellas, no sobre ellas.
Estados Unidos ha perdido en los últimos años cientos de miles de millones de dólares en su intercambio comercial con la UE, aseveró el mandatario norteamericano. «Solo queremos que haya condiciones de competencia justas para nuestros agricultores, para nuestros productores, para todos», recalcó.
Para mitigar las consecuencias de la guerra comercial en los agricultores locales, el Gobierno estadounidense anunció el martes un millonario paquete de ayudas, una medida fuertemente criticada en las filas republicanas.
Juncker viajó a Washington para intentar evitar una mayor escalada del conflicto comercial entre Estados Unidos y la UE. Trump había impuesto aranceles adicionales a las importaciones de acero y aluminio. La UE respondió aplicando aranceles punitivos a productos estadounidenses como el whisky, los vaqueros y las motocicletas.
Ahora, Trump también está sopesando la imposición de aranceles adicionales a las importaciones de automóviles europeos. Ante esta amenaza, la UE ya ha preparado nuevas represalias.
Previo a la reunión con Juncker, Trump se defendió hoy de las críticas por su política comercial. En un mensaje en Twitter dejó claro que no ve ninguna razón por la que prescindir de aranceles punitivos contra otros países. Previamente varios senadores republicanos habían criticado el rumbo de su presidente.
«Cada vez que veo a un político débil que exige detener las negociaciones comerciales o el uso de aranceles para combatir aranceles injustos me pregunto qué piensan. ¿Debemos seguir así y dejar que estafen a nuestros campesinos y a nuestro país?», escribió Trump, que añadió que no se deben mostrar las debilidades.
El senador Bob Corker acusó al Gobierno de provocar una masiva subida de impuestos con esta política y exigió a Trump un cambio de rumbo, en lugar de ayudar a los campesinos a resolver un problema que él mismo ha creado.
Su compañero de partido Ben Sasse explicó que estos paquetes de ayuda no contribuirán a volver a hacer grande Estados Unidos (en referencia al lema de Trump «Make Amerika great again»), sino que sólo harán retroceder al país al año 1929.
Poco antes de reunirse con Trump en la Casa Blanca, Juncker dejó claro que no va a ceder en la disputa comercial con Estados Unidos. «No estamos sentados aquí en el banquillo de los acusados. Por esto, tampoco necesitamos defendernos», dijo el presidente de la Comisión Europea en una entrevista concedida al canal público alemán ZDF sobre su encuentro con Trump.
Junto con la comisaria de Comercio de la UE, Cecilia Malström, Juncker intenta persuadir al mandatario estadounidense de que se abstenga de imponer aranceles adicionales a las importaciones de automóviles, medida que afectaría sobre todo a Alemania.
Malmström dijo al periódico sueco «Dagens Nyeter» que para el caso de que Estados Unidos imponga más aranceles a automóviles europeos, la UE ya tiene preparada una primera lista de productos estadounidenses por un valor total de unos 20.000 millones de dólares a los que podría aplicar aranceles punitivos.
Al respecto, Juncker lanzó una clara advertencia contra Trump: «Si se imponen aranceles a automóviles, la UE tendrá que tomar represalias. Estamos dispuestos a hacerlo (…) Estamos en condiciones de poder responder inmediatamente de forma adecuada». La UE, agregó, negociará con Estados Unidos «de tú a tú».
En Ginebra, el director general de la Organización Mundial de Comercio, Roberto Azevêdo, se declaró alarmado por las crecientes tendencias a blindar los mercados nacionales con aranceles.
«Temo por el comercio, por los puestos de trabajo, por los salarios, por el poder adquisitivo. Si continuamos por este camino, vamos a ver en cada país una ralentización económica», advirtió Azevêdo. «Las restricciones comerciales son graves, las restricciones comerciales amenazan la recuperación de la economía mundial, el crecimiento y el empleo», subrayó el director general de la OMC.