(dpa) – Cuando nace el primer bebé, a veces los padres no están muy seguros de qué pueden hacer con él y qué no. Pues bien, si hay un viaje en mente, lo mejor será esperar a que el bebé haya cumplido los tres meses de vida. Es más, se recomienda que en el primer año sólo viajen en avión si es estrictamente necesario.
«Durante los primeros tres meses, es importante que los lactantes se acostumbren a las circunstancias generales que los rodean», recomienda el portavoz de una organización de pediatras de Alemania, Hermann Josef Kahl, que asegura que esa primera fase de aclimatación es muy importante porque los bebés son muy sensibles.
El cuerpo tiene que habituarse en primer lugar a su nuevo contexto fuera del útero materno. Si bien el cambio se produce inmediatamente después del nacimiento, el organismo necesita unos tres meses para adaptarse al mundo.
«Antes de los tres meses todas son situaciones de estrés en las que el niño afronta mayores riesgos que un adulto, y volar es una situación de estrés importante», explica el especialista.
El pediatra apunta que una vez pasados esos primeros tres meses los bebés pueden viajar sobre todo para hacer visitas a la familia, siempre y cuando estén sanos, por supuesto. «No deberían tener ninguna enfermedad crónica, porque en ese caso es necesario tener bastante cuidado, sobre todo si tienen algún tipo de deficiencia cardíaca», señala. Para sentirse seguros, antes de viajar lo ideal es hacerle una visita al médico.