Isabel Hernández comenzó su carrera como escritora profesional en 2009 de la mano de un libro de relatos titulado Al mundo nada le importa. Después de este, la autora decidió probar suerte con la novela y, en cuatro años prolíficos, publicó Antes de la fuga, El esplendor de la derrota y El tiempo que nos pertenece, que llegó a España en formato digital. Ahora, Isabel Hernández vuelve a sus orígenes con Gana la banca, un nuevo libro de relatos premiados que presentó a diferentes certámenes literarios de Latinoamérica, EEUU y España. Aunque la autora sigue sumando éxitos a su currículum con el premio más reciente: Premio Pretextos Literarios por Escrito.
Lo que me alegra al recibir un premio es la oportunidad que tiene la obra de ponerse al alcance de más lectores. ¡Escribir ficción descubre tantas soledades! Vivo una experiencia intransferible al estar sola frente a los laberintos de la imaginación… Tal vez por eso, compartir un escrito personal es tremendamente importante para mí.
Gana la banca se compone de historias de naturaleza múltiple. En ellas, el lector encontrará crímenes, amistades perdidas, luchas pasadas, metaliteratura… Cada uno de los relatos habla de amor, de corazones rotos, de la soledad, de la nostalgia que produce en el presente un tiempo remoto e irrecuperable. No obstante, ante todo, están impregnados de historia, de esos retazos de verdad que quedan diluidos en la narración de los acontecimientos.
El libro no pretende narrar aventuras épicas ni grandes romances, ni siquiera una espectacular guerra. Lo que Isabel Hernández muestra trasciende la ficción o, más bien, intenta que esta pase a un plano secundario para que el público se quede con sus personajes y sus historias de una manera natural. Quiere que los recuerde como una fotografía nítida, sin que nadie pueda distorsionar su visión.
Leemos y escribimos para tener la ilusión de que es posible vivir otras vidas. Por eso, me sorprendo a mí misma ante un mosaico de anécdotas que encuentro atractivas, que he recopilado en este libro y que les brindo a los lectores, a la espera de que también se sientan implicados y las disfruten.
Con la literatura, se consigue vivir otras vidas, otras situaciones, estar en otros mundos, pero todo eso se encuadra en la ficción. Isabel Hernández usa la narrativa no como forma de hallar una verdad objetiva, sino como el medio de recordar la cara no tan ideal de la realidad. Si se mira, en cada rincón hay una historia subyacente. Y esto es lo que trata de transmitir.
Desde hace siglos, los humanos seguimos cayendo en los mismos errores o descubriendo lo que creemos nuevos aciertos. Seguimos enamorándonos de quien no nos corresponde, enfrentándonos a enemigos que no lo son o ignorando a los verdaderos enemigos. Aquí se muestran unos y otros sin alistarse en bandos ni convertirse en buenos o malos. Más que relatos ficticios, se trata una reflexión sobre el alma humana.
Un elemento interesante de Gana la banca es su estructura. Isabel Hernández divide el libro en dos partes según puntos de vista: hombres y mujeres. En este punto, la autora hace gala de su formación como antropóloga para ofrecer matices y perfiles distintos que se complementan y chocan al mismo tiempo. Todo ello a través de una narrativa concisa y directa.
En Gana la banca, vuelvo a lo mismo, es decir, a remarcar el hecho de que, ante las vueltas azarosas de la vida y de la historia, la respuesta de las mujeres resulta ser muy diferente a la de los hombres, aunque esta vez, en mis cuentos, el registro es más irónico, más humorístico.
Isabel Hernández quiere proporcionar a los lectores una mirada rica y diversa, ya que, para cada persona, un mismo relato tendrá una interpretación distinta.
Yo no escribo para entretener ni para aletargar, lo hago desde el inconformismo. Por eso, las voces de las mujeres y de los hombres de este libro pertenecen a seres subalternos de la historia. Son seres vulnerables y el devenir de sus acciones también lo son porque a todos los cruzan por igual la ficción y la historia, aunque todos ellos estén lastimados por esta última.
Gana la banca puede adquirirse a través de plataformas como Amazon, Kobo o iTunes. Sobre sus planes de futuro, la autora comenta:
En este momento, estoy iniciando un trabajo sobre la guerra civil española basado en el recuerdo de las confesiones de mis tíos y abuelos salmantinos y andaluces que fueron protagonistas de aquella amarga contienda. Paralelamente, estoy efectuando las correcciones finales de La impostora, una novela que me obligó a abrir el objetivo de la cámara y a no encasillar el proceso de escritura en un cajón estanco o en un vagón sellado.
Sinopsis:
Leemos y escribimos para tener la ilusión de que es posible vivir otras vidas. Y entonces, me sorprendo a mí misma ante un mosaico de anécdotas que encuentro atractivas, que he recopilado y que aquí les brindo con cariño, a la espera de que también se sientan implicados y las disfruten.
Cuando nos atrapan las vueltas azarosas de la vida (y de este mundo a veces incomprensible), la respuesta de las mujeres suele ser muy diferente a la de los hombres. El poder convocador de la palabra me permitió describir estas diferencias con ironía, y hasta con humor.
Algunos de las y los protagonistas son personajes públicos, pero he tratado de abrir espacios narrativos a su intimidad para cumplir levemente con los dictámenes de la ficción.